Reflexión 29 de Marzo

Buenos días.
De todas las páginas del evangelio se extraen enseñanzas muy importantes, pues son de gran interés para hacer un camino de vida cristiana.
Hoy, martes de la IV semana de Cuaresma, la Iglesia nos propone la imagen del Señor Jesús en la piscina de Betesda, con muchos enfermos que estaban echados esperando que se removiera el agua para echarse a la piscina y ser curados,
Dice que Jesús vio a un hombre que llevaba 38 años enfermo. Continua el evangelio diciendo: “¿Quieres quedar sano? El enfermo le contestó:
Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado. Jesús le dice:
Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar”.
Los judíos preguntaban al paralítico quién le había curado, él no lo sabía, pero más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: “Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor”.
Hay dos consideraciones que me parecen importantes para reflexionar.
La primera es que este es uno de los poquísimos milagros que Jesús hace por iniciativa propia, siempre es la persona la que ha de arrancar de Dios la gracia de su salvación.
La segunda es la vinculación que el Señor hace de la enfermedad con el pecado, cuando le dice: ‘Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor’. Aquí hemos de pensar que siempre el pecado enferma al alma, espiritualmente, enferma a toda la persona, con mayor o menor intensidad, según sea el pecado. Además el pecado también puede ser causa de enfermedades físicas como bien se sabe, por razones directas o por la desestabilización de la armonía natural en la que debe mantenerse la persona física, psíquica y mentalmente.
Como quiera que sea, el Señor Jesús le habla con claridad a este paralítico, como lo hará con otros enfermos que también ha curado: ‘vete y no peques más’.
¿Cómo podríamos entender esta rotunda verdad para erradicar el pecado de nuestras vidas y de nuestra sociedad?
Reza ya al buen Jesús, para que nos cure de todas nuestras enfermedades y venga en auxilio de las necesidades de los Hermanos que hoy volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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