Reflexión 25 de Marzo

Buenos días en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
En la Profesión de Fe, después de profesar: ‘Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor’, decimos: “Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen”.
He aquí el resumen de esta Solemnidad que estamos celebrando hoy, que el Señor Jesucristo fue concebido en las entrañas purísimas de la Santísima Virgen, para cumplir la gran misión de la Redención.
Pero esto pudo ser por el FIAT de María, una respuesta de la Virgen que debe ser para cada uno la garantía de estar siempre abiertos a los designios de Dios.
Es verdad que la vida tiene aristas que son fuertes y momentos duros, pero no es menos verdad que todo esto se supera con facilidad cuando, primero, se tienen las cosas claras y, segundo, cuando igualmente se tiene el deseo y la voluntad de vivir al estilo de la Virgen Santa María, que toda su tarea fue y es darnos a Jesús y llevarnos a su encuentro.
Hoy rezamos con la Iglesia: “Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo”. Una oración con todo un sentido espiritual, pues si Cristo se ha hecho de nuestra naturaleza, nosotros deseamos llegar a compartir su naturaleza divina.
Ofrezcamos hoy a la Santísima Virgen alguno de esos regalos que a Ella tanto le agradan, cada uno según sus posibilidades.
Hoy rézala a Ella también, en favor de las necesidades de todos los Hermanos que jubilosos nos encontramos aquí como cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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