Reflexión 31 de Marzo

Buenos días en el Miércoles Santo.
En este Año de San José, también este miércoles, víspera del comienzo del Triduo Pascual, lo hemos de tener en cuenta, aunque solo sea para pedirle su ayuda, su compañía y poder vivir los acontecimientos de estos días, con la profundidad que corresponde y exige el Bautismo recibido.
Hoy la perícopa del Evangelio que se proclama en la Santa Misa es muy elocuente. San Mateo relata en el capítulo 26 el contrato de Judas Iscariote con los sumos sacerdotes para entregarle a Jesús.
Así dice el texto: “En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: ¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle”.
Sin duda este momento que describe el evangelio no pudo ser en absoluto espontaneo, lo que sugiere que es fruto de una relación que Judas tenía ya con ellos de algún tiempo atrás.
Las personas no suelen cuidar mucho sus relaciones humanas, que las dejan guiar por mil embelecos y que, tantas veces, se verán enredados en situaciones malas y nada queridas, pero este es el resultado de un defecto muy común, cual es la frivolidad.
El relato continua más adelante con una imagen que os transcribo del mismo capítulo 26 del evangelio de San Mateo: “Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará. Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor?. Él respondió: El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido! Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí? Dícele: Sí, tú lo has dicho”.
Duras palabras del Señor: “¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!”.
No creo que sean necesarios más comentarios.
No dejes que la vorágine de estos días, tan singulares por razón de la pandemia, te aparten de lo que vivió y experimentó el Señor Jesucristo por el gran Amor que nos tuvo y tiene, hasta morir en la Cruz.
A Él, con mucha confianza, también hoy te pido que reces y le pidas por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, su Madre Amantísima. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 30 de Marzo

Buenos días en el Martes Santo.
Quizás estos días nos pueden ofrecer un poco de tiempo para repasar actitudes y comportamientos generalizados en la vida ordinaria de las personas.
Hay una actitud y su correspondiente comportamiento, que suele ser muy común en nuestra sociedad: la IMPUNTUALIDAD.
Esta cuasi costumbre habla mucho de la calidad de la persona, de su sentido del respeto a los demás y del exceso de su ego: egoísmo y egocentrismo; también del desorden en su vida personal.
Se puede argumentar que en la sociedad que se vive y toda su complejidad, hace que no se pueda mantener esta virtud tan deseada de la PUNTUALIDAD, pero no vale, ya que la persona ha de ser dueña de su vida y de sus actos, pues cuando no lo es, aparece la realidad del desorden apuntado.
Esta virtud, como el resto, se ha de generar en el ‘yo interior’, pues ya enseña el Señor Jesucristo que en lo íntimo de la persona se encuentra la verdad de sí misma, emanando de ahí lo bueno y lo malo, lo puro e impuro que vive y transmite, por más que lo quiera e intente disimular.
Dice Jesús: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro” (Mc7,21-23).
Hay que luchar para que estos comportamientos, que son como una especie de ‘moneda de cambio’ en el desenvolvimiento de la convivencia humana, sean superados por comportamientos serios y moralmente íntegros.
Mirando a ese Señor Jesús que ya envía señales a sus apóstoles de lo que se le viene encima: su pasión y muerte, te pido le reces en favor de las necesidades, materiales y espirituales, de todos los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 29 de Marzo

Buenos días en el Lunes Santo.
Vamos caminando, con el mejor espíritu que nos sea posible, a acompañar al Señor Jesús en estos últimos días de su vida terrenal.
Hoy contemplamos la imagen de Jesús cuando lloró sobre Jerusalén, que se contempla desde la iglesia de Dominus Flevit, que se encuentra en la ladera occidental del Monte de Olivos en Jerusalén.
Nos cuenta San Lucas que: “Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: ¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita (Lc 19,41-44).
La imagen es muy emocionante cuando se vive in situ, pero también lo puede ser contemplándola a través del texto evangélico.
Permitirme que resalte la última frase: “Porque no reconociste el tiempo de tu visita”.
Este puede ser un fuerte aldabonazo para nosotros, que bautizados en su Nombre, junto con el del Padre y el del Espíritu Santo, se nos olvida su vida, su amor, su entrega, su llamada…, su visita.
Aquí os dejo, con el Señor Jesús que llora sobre Jerusalén, pero que hoy puede que llore también sobre tantos lugares de nuestro mundo, de nuestra patria e incluso de nuestro pueblo.
Y ya te pido que reces con mucha humildad a este Señor Jesús, pidiéndoles que venga en auxilio de todas las necesidades de los Hermanos, que nos volvemos a encontrar aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 28 de Marzo

Buenos días en el Domingo de Ramos.
Entramos en la Semana grande de nuestra FE, que desembocará en lo que es la plenitud de la misma FE: la Resurrección del Señor Jesucristo.
De las lecturas de la Santa Misa de este día me parece muy importante para la reflexión, la segunda lectura tomada de la carta a los Filipenses, 2,6-11: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
Quiero significar la última parte, cuando dice que “al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
El Nombre de Jesús es importantísimo tenerlo en el corazón y en la lengua, pues ante Él todo queda sometido, como dice el Apóstol, ‘para gloria de Dios Padre’, otra realidad que debemos considerar continuamente.
Textos como este son muy importantes tenerlos muy vivos, pues la Fe se alimenta vigorosamente cuando se les tiene en cuenta en el ejercicio de la vocación cristiana, se les recuerda, se les hace vida propia en el sometimiento de sí mismo, incluso cuando se les hace oración, pues puedo asegurar que es fuente de gracia, profesar con el corazón y con la lengua diciendo el texto ya resaltado: “Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
Que durante toda esta semana, sea en las circunstancias que sean, sepamos vivir en la reflexión y oración más íntima y personal, contemplando estos Misterios centrales de la Fe Católica.
Y hoy, en el gozo del Domingo de Ramos, no dejes de pedir por todos los Hermanos, sus intenciones, sus proyectos y sus necesidades de todo tipo, a este Señor Jesús que ‘nos Amó hasta el extremo’, muriendo en la Cruz por ti y por todos los hombres. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 27 de Marzo

Buenos días.
Como acostumbra la Santísima Virgen Reina de la Paz, dio un nuevo mensaje el pasado día 25 de marzo en Medjugorje, muy apropiado para estos momentos que estamos viviendo.
Dijo: “Queridos hijos, también hoy estoy con vosotros para deciros: hijos míos, QUIEN REZA NO LE TIENE MIEDO AL FUTURO Y NO PIERDE LA ESPERANZA. Vosotros habéis sido elegidos para llevar alegría y paz, porque sois míos.
He venido aquí con el nombre de Reina de la Paz, PORQUE EL DIABLO QUIERE LA AFLICCIÓN Y LA GUERRA; QUIERE LLENAR VUESTRO CORAZÓN CON EL MIEDO AL FUTURO; y el futuro es de Dios.
Por eso, SED HUMILDES Y ORAD, y dejad todo en manos del Altísimo que os ha creado. ¡Gracias, queridos hijos, por haber respondido a mi llamada!”.
No creo que sean necesarios muchos comentarios, pues la llamada a la ORACIÓN es muy intensa para poder eliminar ese MIEDO muy propio de Satanás, que, junto con la duda, llevan a las personas a una angustia vital que les conduce a la desesperanza, cuando menos, o a la desesperación, cuando más.
El futuro está en Dios, que como hemos dicho ya otras veces es el único Señor de la Historia, el que nos ha creado, como recuerda la Virgen Reina de la Paz, y, por tanto todo está en su Providencia, como nos enseña también el Señor Jesús: “¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones” (Mt 10,29-31). Y “¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros” (Lc 12,6-7).
Vamos hacia la culminación de la Cuaresma con la ILUSIÓN que la comenzamos. Y abiertos al AMOR DE DIOS, decididos a corresponder a este Amor, hagamos un buen encuentro personal con el Señor Jesucristo de la mano de un buen ACTO DE CONTRICIÓN, que si fuera necesario derive en una buena confesión.
Hoy reza a Santa María, Reina de la Paz, en favor de las intenciones y necesidades, materiales y espirituales, de todos los Hermanos que nos encontramos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 26 de Marzo

Buenos días.
Último viernes de Cuaresma, abriendo paso para la Semana Santa, que comenzaremos con la Celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Estos acontecimientos nos llevan a la reflexión de ver cómo un pueblo, que reconoce a Jesús como el Mesías, solamente a la vuelta de unos días ha sido completamente cambiado, de vitorearle pasa a pedir su condena con una tumultuosa insistencia.
Es verdad que estas actitudes se han visto a lo largo de la historia también en la sociedad civil más contemporánea, pero ello lleva a pensar un poco en cómo es la condición humana.
Y también a escrutar el propio corazón de cómo son los principios propios y los convencimientos, para saber si se tiene ‘pies de barro’ que cualquier viento los haga tambalear y abandonar unas convicciones para dejarse llevar por otras seducciones o propuestas contrarias.
Es por ello que el Señor Jesús nos pide en el evangelio la perseverancia hasta el final, cuando advierte que seremos odiados y perseguidos por su nombre, pero que el que “persevere hasta el final, se salvará”. El texto completo merece ser leído y meditado en el evangelio de San Mateo 10,16-22.
Mantenerse firme en la Fe durante esta peregrinación terrenal, exige, no solo creer, sino también sostener la Fe con la Esperanza que se ha de cultivar en la oración y la penitencia, medios que la Iglesia nos brindó al comienzo del tiempo cuaresmal, al que vamos dando ya fin en los próximos días.
No olvidemos nunca aquellos consejos del Maestro: “Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos”. (Mt 7,13-14); “Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán” (Lc 13,22-24).
Con la ilusión que comenzamos la jornada cuaresmal, hagamos el esfuerzo de acabarla de igual forma, para poder Celebrar, con toda la ilusión y profundidad del corazón, el Triduo Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesucristo.
Te pido que ayudes con tu oración generosa, a conseguir las gracias que necesitan todas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí como cada día en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 25 de Marzo

Buenos días en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
Estamos en un día extraordinario en la Historia de la Salvación y, en consecuencia, muy importante para la vida cristiana.
En nuestra cultura religiosa existe aún un déficit curioso, cuando la solemnidad no es fiesta laboral no se le da el esplendor que sí se le da cuando lo es, siendo en ambos casos notoriamente importante cualquier celebración que la liturgia le dé la categoría de Solemnidad.
Es lo que puede pasar con la Celebración de hoy: la Anunciación del Señor, pues en ella nos encontramos la embajada divina que envía Dios Padre a una virgen doncella de Nazaret, que se llamaba María y a la que le propone ser la Madre del Mesías.
El evangelio de San Lucas lo relata en el capítulo 1,26-38, el encuentro del Arcángel Gabriel con María con matices muy interesantes, dice: “A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?
El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel”.
Como el espacio es limitado y el comentario del texto sería amplísimo, sólo voy a resaltar las frases que pueden ser claves y que ayuden para la reflexión personal.
‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’.
‘Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél’.
‘El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios’.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús’.
‘María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?’
‘El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra’…
‘Porque para Dios nada hay imposible’.
‘María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’.
De este momento, de la actitud de la Santísima Virgen María y de su fidelidad a la palabra dada, encontramos el origen de nuestra Salvación y Redención que en breves días vamos a Celebrar, en los ritos y celebraciones de la Semana Santa.
Hoy es un día en el que no le puede faltar a María, nuestra Madre y nuestra Guía, la FELICITACIÓN más calurosa de cada uno de sus hijos. Que no le falte la tuya, ni tampoco el obsequio que la puedas hacer.
Nunca sabremos agradecerle todo lo que hizo y hace por cada uno de nosotros.
Y a Ella hoy te pido que la encomiendes con mucha confianza, todas las necesidades de los Hermanos aquí reunidos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 24 de Marzo

Buenos días
Un miércoles más volvemos la mirada a San José para seguir aprendiendo de sus gestos y de sus actitudes.
En él encontramos una gran capacidad para, sin precipitarse nunca, ir aceptando las cosas conforme se van sucediendo, su paciencia es patente y manifiesta desde el primer momento.
Por ejemplo, verle en Belén después del Nacimiento de Jesús ante todos los acontecimientos que se van sucediendo, no se le encuentra ningún rasgo de inquietud, malestar o cosa parecida.
La paciencia es una virtud que conlleva otra muy importante para seguir la vida en el Amor de Dios y en el cumplimiento de su santa Voluntad: saber esperar.
Cuántas veces se malogran proyectos, relaciones humanas u otra cualquier cosa por no ‘saber esperar’, por no tener paciencia y dejar que las cosas lleven el ritmo que les corresponde.
También puede ocurrir que sucedan cosas que en un primer momento resultan adversas y que invitan a sublevarse, rechazarlas, etc., pero que si se sabe tener paciencia, se sabe esperar, el tiempo pondrá las cosas en su sitio y la verdad quedará patente y manifiesta.
Revisemos nuestra paciencia a la luz que difunde la vida de San José y acogidos a él, rectifiquemos nuestros caminos en caso de ser necesario.
A San José te pido le reces hoy, rogándole que acuda en favor de las necesidades materiales y espirituales de todos los Hermanos que nos reunimos como cada día aquí, en torno a su Santísima Esposa la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 23 de Marzo

Buenos días.
Veíamos ayer que en el 5º Mandamiento de la Ley de Dios había tres pecados particularmente contra la vida espiritual: Escándalo, Maldición, Insulto.
Detengámonos en el ESCÁNDALO, que es todo lo dicho o hecho que incita al prójimo al pecado, aunque sea involuntario.
El escándalo es para el alma del prójimo lo que el homicidio es para el cuerpo; siendo un pecado gravísimo tanto por el daño inmediato que causa al prójimo, como por el que hace a su propia alma que la priva de la vida de la Gracia, con las tristes consecuencias a que da origen, según el Señor Jesucristo anuncia en Mt. 18,6-7  “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!”. También en Mc 9,42; Lc 17,1-2.
San Juan Crisóstomo dice: “Dios es paciente con ciertos pecados aun gravísimos, pero nunca con el escándalo, por lo horrible que es a sus ojos”.
Ante la pregunta de ¿cómo se peca de escándalo? Digamos que la responsabilidad adicional de este pecado gravísimo se centra en que no depende de la conciencia del escandalizador, sino de la del escandalizado.
Por esto, un vestido poco decente, una palabra obscena o inoportuna, un acto inmoral, una enseñanza o consejo amoral, una provocación, una comida, una omisión, etc., pueden ser motivos de escán­dalo para los otros, aunque puedan parecer buenos y puros para uno mismo. 
Los medios de comunicación social (prensa, libros, radio, televisión, etc.), así como espectáculos, Legisladores, Educadores, Gobernantes, Responsables de la moral pública, deberían meditar con frecuencia sobre este pecado del Quinto Mandamiento: No escandalizar.
Y sobre este pensamiento que les deja el Patrono de los Moralistas de la Iglesia Católica, San Alfonso María de Ligorio: “El infierno fue creado para castigar el pecado de escándalo”.
Ya, reza con mucha Fe al Señor Jesucristo, para que venga en auxilio de todas las necesidades de los Hermanos que elevan su corazón a Dios para ser socorridos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 22 de Marzo

Buenos días.
Continuando con la revisión de los Mandamientos de la Ley de Dios, hoy os propongo la reflexión del 5º Mandamiento: No matarás.
Es muy común esta afirmación para justificar la no necesidad de confesarse: ‘yo no robo, no mato, nada tengo que confesar’, que expresa el error monumental en el que están sumergidas muchas conciencias, pues en el caso que nos ocupa este mandamiento va mucho más allá que el quitarle la vida a otra persona.
Este Mandamiento establece querer bien a todos y perdonar a nuestros enemigos, respetando la vida corporal y espiritual del prójimo, y la propia, tanto de obra como de palabra o deseo.
Hoy a título enunciativo diremos que los pecados contra este 5º Mandamiento son:
Contra la vida corporal: Homicidio, Aborto, Eutanasia, Suicidio, Heridas, Sedición, Terrorismo, Desafío o duelo, Drogas, Embriaguez, No cuidar la salud como lo exija la enfermedad, sobre todo si es crónica…
Contra la vida espiritual: Escándalo, Maldición, Insulto…
Me parece suficiente para comenzar la reflexión profunda de este 5º Mandamiento e ir poniendo la conciencia propia en orden.
Sabes que no puedo concluir sin pedirte que reces con Fe y Amor al Padre Dios, al menos con la oración que nos enseñó el Señor Jesucristo, pidiendo por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 21 de Marzo

Buenos días en este 5º Domingo de Cuaresma.
En el Día del Señor, a donde primero acudimos es a la Palabra de Dios que se proclama en la Santa Misa.
Pues bien, en la segunda lectura tomada de la Carta a los Hebreos dice: “Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna”.
Dice que el Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, “aprendió, sufriendo, a obedecer”; esta afirmación debería ser muy sugerente en estos momentos de gran sufrimiento por la pandemia, y sus consecuencias, siguiendo las huellas del Maestro en la decisión personal de una conversión sincera, que nos alcanzara las gracias que ahora se están necesitando.
No parece que ante tanta repetición de las desgracias, por causa de las diferentes ‘olas de contagios’, las personas quieran aprender volviéndose a Dios, que en definitiva es el único que puede SALVAR de forma definitiva.
Ante esto cabe preguntarse: ¿Qué se necesita para que las personas acepten sus limitaciones?
Le dice Pedro a Jesús: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Jn 6,68-69).
Estamos entrando en la última semana de Cuaresma, que dará paso a la Semana Santa, en la que se debería poner ante sí toda la realidad de nuestra FE, cuyos orígenes se vivirán en las Celebraciones del Triduo Pascual.
Será muy necesario que, con gran valentía, nos enfrentemos a tanto AMOR que el Señor Jesucristo derrochó para salvarnos, y seamos capaces de volver a acogernos a su Salvación, aquí y ahora, en la dura realidad que nos envuelve.
A este Señor Jesús, te pido le reces hoy, con Fe y Esperanza, para que resuelva los agobios y necesidades de todos los Hermanos que aquí no encontramos en torno a su Santísima Madre. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 20 de Marzo

Buenos días
En este sábado, día dedicado a la Santísima Virgen María, quiero compartir y meditar una oración a la Virgen de Guadalupe, que creo es muy hermosa y con una súplica - compromiso muy interesantes.
“Préstame, Madre, tus ojos, para con ellos mirar, porque si por ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y de santidad.
Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿qué más puedo yo desear? Y esa será mi dicha por toda la eternidad”.
Ojalá puedas dedicarle un tiempo suficiente, para poder comprender bien todas y cada una de las demandas que se le hacen a María Santísima en esta oración, y así poder comprender también mejor lo que estamos haciendo con nuestros ojos, con nuestros labios, con nuestra lengua, con nuestros brazos…, con todo nuestro ser.
A Ella, María, nuestra Madre y nuestra Guía, te pido que la reces hoy implorando su protección y ayuda para todas las necesidades de los Hermanos que nos volvemos a encontrar aquí, en torno a su maternal acogida. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 19 de Marzo

Buenos días en la SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ.
La Iglesia celebra hoy solemnemente a SAN JOSÉ, esposo de la Santísima Virgen María, en este Año dedicado a él como Patrono de la Iglesia Universal.
Sin más comentarios os dejo con la oración 'sobre las ofrendas' de la Santa Misa de hoy: “Te pedimos, Señor, que, así como San José se entregó con piadoso afecto a servir a tu Unigénito, nacido de la Virgen María, merezcamos, también nosotros, SERVIR A TU ALTAR CON UN CORAZÓN PURO. Por Jesucristo, nuestro Señor”.
También el Himno que se reza hoy en la Liturgia de las Horas.
“Porque fue varón justo, le amó el Señor, y dio el ciento por uno su labor.
El alba mensajera del sol de alegre brillo, conoce ese martillo que suena en la madera.
La mano carpintera madruga a su quehacer, y hay gracia antes que sol en el taller.
Cabeza de tu casa del que el Señor se fía, por la carpintería la gloria entera pasa.
Tu mano se acompasa con Dios en la labor, y alargas tú la mano del Señor.
Y, pues que el mundo entero te mira y se pregunta, di tú cómo se junta ser santo y carpintero, la gloria y el madero, la gracia y el afán, tener propicio a Dios y escaso el pan. Amén”.
Sólo te pido ya tu oración fervorosa, hoy a San José, para que interceda ante su Hijo Jesús y alcance todas las gracias que necesitan las intenciones y necesidades de los Hermanos, reunidos en torno a su Santa Esposa, María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 18 de Marzo

Buenos días.
Hoy me permitís que recuerde una de las etapas básicas para el camino de la conversión personal.
Se trata del arrepentimiento de las faltas o pecados cometidos; el dolor de haber ofendido a Dios por el amor que se le tiene y que se denomina como el “acto de contrición”.
El Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 1451, dice que: “entre los actos del penitente, la contrición aparece en primer lugar. Es "un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar" (Concilio de Trento: DS 1676).
La persona, cuando se da cuenta que ha aceptado el desorden que causa el pecado, experimenta la aflicción, el dolor por haber pecado, la pena de haberlo hecho, mostrando en su corazón el arrepentimiento que es cuando surge lo denominado como ‘Acto de Contrición’.
Este Acto de Contrición debe practicarlo con frecuencia, al menos una vez al día, pues es de desear que lo haga porque, como enseña la doctrina católica, CIC núm. 1452: “cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas, la contrición se llama ‘contrición perfecta’. Semejante contrición perdona las faltas veniales; obtiene también el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677)”.
El Acto de contrición que nos enseña la Iglesia es mediante la siguiente oración:
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Deseo de corazón que reflexionéis sobre este ‘paso de conversión’ que todos necesitamos, al tiempo que se lo recordéis o enseñéis en su caso a cuantas personas podáis.
Pero no dejes de rezar ya hoy al Señor Jesucristo, en su presencia real en la Eucaristía, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 17 de Marzo

Buenos días.
Al amparo de San José en este día miércoles dedicado a él, además de estar a dos días de su Solemnidad, bien estaría reflexionar sobre una actitud que deja traslucir a lo largo de su vida.
Me refiero a su integridad, pues conjugó perfectamente sus obligaciones de esposo y padre con el de una persona que tiene que mantenerse en medio del mundo, sin buscar notoriedad de ninguna clase.
No es fácil mantener una integridad de vida, pues cuando no aparece la ambición, aparece el egoísmo, los malos sentimientos, las resistencias, los rencores, envidias, etc., que introducen a quien los padece y, sobre todo a los que se dejan arrastrar, en una dinámica tan fea como perversa en sus resultados.
Cuando en este tiempo cuaresmal se insiste en la conversión de vida, se está marcando un camino en el que no hay cabida para ninguna pasión, ni otras malas inclinaciones propias del hombre que no ve el horizonte de eternidad y, por tanto, no se plantea para nada los Novísimos: Muerte, Juicio, Cielo e Infierno, de los que por mucho que se insista no será suficiente para aquellos que no quieren aceptarlos, incluso que desearían que no existieran.
Pero sí, porque al menos la Muerte no la puede negar nadie, y bien haríamos con considerarla junto con los otros tres, pues lo que no se vive por AMOR, al menos se debería tener en cuenta por temor, pero…
Reza hoy, por favor, a San José, para que con su patrocinio alcance de su Hijo Jesús cuantas gracias necesitan todos los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 16 de Marzo

Buenos días.
Para concluir, al menos en esta ocasión, con el tema de la Blasfemia, quisiera recordar las palabras del Niño Jesús, que se apareció con su Santísima Madre a Sor Lucía, el 10 de diciembre de 1925, en Pontevedra, y le dijo: “Ten compasión del corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos le clavan continuamente, sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas”.
Enseguida dijo la Santísima Virgen: “Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes, tú, al menos, procura consolarme…”, pidiéndole que se le ofrezcan los cinco primeros sábados de mes.
Posteriormente, el Confesor le preguntó a Sor Lucía por qué eran cinco primeros sábados y no nueve como los primeros viernes, o siete como los Dolores de la Virgen.
La respuesta del Señor Jesucristo fue: “Hija mía, el motivo es el siguiente: son cinco las principales clases de BLASFEMIAS cometidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1) Las blasfemias contra LA INMACULADA CONCEPCIÓN.
2) Las blasfemias contra SU VIRGINIDAD.
3) Las blasfemias contra SU MATERNIDAD DIVINA, negándose al mismo tiempo a reconocerla como Madre de los hombres.
4) Las blasfemias de aquellos que públicamente tratan de INFUNDIR EN LOS CORAZONES DE LOS NIÑOS la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.
5) Las ofensas de aquellos que la ULTRAJAN directamente en sus Sagradas Imágenes”.
“He aquí el motivo por el cual el Corazón Inmaculado de María me ha sugerido pedir esta pequeña reparación y en consideración a Ella, conmover mi Misericordia para perdonar a las almas que han tenido la desgracia de ofenderla”.
Como se puede apreciar, la Blasfemia es un pecado mucho más grave de lo que la cultura contemporánea quiere reconocer, teniendo un alcance difícil de determinar cuando los corazones no quieren reconocer la Gloria del Dios Altísimo en sus tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En la historia pasada tenemos ejemplos de cristianos que han advertido a alguien que blasfemaba, cuya respuesta recibida ha sido pagar con la vida al ser incluso asesinados.
Estamos ante un nuevo motivo para ejercitarnos en la oración de expiación, reparación y consolación; aquí queda la invitación a ella.
Tu oración de intercesión por las necesidades de los Hermanos, es la que te pido ahora que hagas con Fe y Esperanza, a María, nuestra Madre y nuestra Guía, a la que sabes le agrada el Santo Rosario. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 15 de Marzo

Buenos días.
Un año ha pasado desde que se hizo oficial lo que ya venía sucediendo semanas anteriores: la pandemia.
Se quiera o no se quiera ver con objetividad los hechos, lo cierto es que nuestro pueblo, como tantos de todo el mundo, ha sido azotado por el virus, que se ha llevado tantas vidas por delante, y además, por las ‘sin razones’ cometidas, tantas vidas se han arruinado arrastradas por el desastre económico, lo que no es ni teoría ni espejismos, porque ahí están.
Se ha recurrido a no sé cuántas cosas: desde el confinamiento total hasta otras tantas medidas que no acaban de erradicar este maldito coronavirus. Y ahora, poniendo toda la ilusión en una vacuna que no parece ofrecer la solución total del problema y cuyos resultados reales ya se verán.
Todo menos VOLVERNOS A DIOS para clamar su misericordia y su perdón, que es donde realmente encontraríamos la solución definitiva, pero habrá que seguir esperando a que las palabras de Jesús sean escuchadas: “Convertíos y creed en el evangelio”.
Ayer nos introducíamos en la reflexión del segundo mandamiento de la Ley de Dios, y veíamos que una de las formas graves de “No tomar el Nombre de Dios en vano” era la Blasfemia.
La Blasfemia es todo dicho o hecho con el que se injuria gravemente a Dios, en cualquiera de sus Tres Personas, a María Santísima, a los Santos o a la Religión.
Valgan como ejemplo de blasfemar el negar de Dios alguno de sus atributos, como por ejemplo tratándolo de injusto o de cruel; hablando con desprecio de Dios, de la Virgen, de los Santos o de la Religión Católica, o maldiciendo al Señor, a la Virgen María, a los Santos o a las cosas sagradas.
Dios nos dio la lengua para alabarlo y bendecirlo, no para ofenderlo, dice San Alfonso María Ligorio.
Es por todo ello que la blasfemia es un pecado gravísimo que a toda costa deberíamos evitar.
Es una lástima que en nuestra sociedad se esté perdiendo todo el sentido del respeto y se esté luchando e incluso legislando para que la Blasfemia no tenga ningún reproche humano, ni social, ni religioso, por supuesto.
Una vez más, terminamos viendo la necesidad de orar con insistencia para que Dios tenga Piedad y Misericordia de nuestro mundo.
Y ahora ya te pido con reiteración, que no dejes de rezar a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades e intenciones de todos los Hermanos aquí convocados. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 14 de Marzo

Buenos días en el Día del Señor.
Último domingo del ejercicio de los Siete Domingos de San José, ya que el próximo viernes celebraremos su Solemnidad, día muy especial para honrarle en la Gloria de su Hijo Jesucristo y de su Santísima Esposa.
Ese día se podrá ganar la Indulgencia Plenaria, tal como determinó la Santa Iglesia en la convocatoria del Año de San José.
Hoy es un día propicio, como ya hemos dicho más veces, para la reflexión sosegada y con más alcance, ya que normalmente se está fuera de la vorágine de cada día.
Por esta razón quisiera proponeros un repaso por los Mandamientos de la Ley de Dios, que es la referencia clara para poder gobernarse en el Amor de Dios, haciendo que la propia vida sea del constante agrado de Dios.
Cierto es que no hay espacio para repasar, ni tan siquiera enunciar, los Diez Mandamientos, pero sí podremos ir repasando cada uno a lo largo de los días.
Indudablemente, los tres primeros mandamientos dedicados a los deberes que tenemos para con el Señor Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, son los más importantes, pues de la dedicación y el amor que se preste a vivirlos y cumplirlos, se derivará el éxito en la observancia de los siete restantes.
Fijémonos hoy en el 2º Mandamiento: “No tomarás el nombre de Dios en vano”.
Por este Mandamiento el cristiano expresa su respeto sumo al NOMBRE DE DIOS y todo lo que este contiene y significa.
La Sagrada Escritura enseña el profundo respeto con que se debe invocar el Nombre del Señor; en todo momento invita a reverenciar­le, temerle y glorificarle.
En los Salmos es continuo el uso de expresiones tales como:
“Alabad el Nombre del Señor”
“Bendecid el Nombre del Señor ahora y por siempre”... 
El cristiano debe honrar este Santo Nombre, invocándole con tanta reverencia como el pueblo hebreo, aunque con más cercanía y amor gracias al Señor Jesucristo.
El Nombre de Dios se honra principalmente en los actos de ‘juramento’ y/o ‘voto’, en cambio, el acto que más injuria el Nombre de Dios es la ‘blasfemia’.
Por tanto, los pecados contra el Segundo Mandamiento se derivan de las faltas cometidas en los tres actos citados: El Juramento, El Voto y La Blasfemia.
Tampoco se deben obviar muchas palabras ociosas que se emplean en las conversaciones, en las que se meten el ‘Nombre de Dios’ sin ningún sentido, ni sin respeto, ni sin veneración, incurriendo así en faltas de diferente tipo contra este Segundo Mandamiento.
Valga esta aproximación para suscitar la reflexión y las conclusiones que se ofrezcan, quedando claro que su desarrollo es mucho más amplio y rico en detalles.
Reza ya sin demora al Señor Resucitado, en beneficio de todas las necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 13 de Marzo

Buenos días.
En este sábado de la tercera semana de Cuaresma nos encontramos con la Santísima Virgen de los Dolores, que siempre acompañó a su Hijo Jesús y de forma más especial en los momentos de su Pasión y Muerte.
La imagen de Nuestra Señora de los Dolores suscita compasión y tristeza, por ejemplo cuando se la contempla procesionando detrás de su Hijo en cualquiera de las escenas de su Pasión, pero si nos paramos a pensar un poco, nos daríamos cuenta de lo que puede estar pasando cuando su Hijo continua en su Pasión, a través de los muchos sufrimientos a los que está sometido su Cuerpo Místico por causa del pecado en todas sus variantes, por las injusticias con las que unas personas someten a otras o por tantísimas violaciones y vejaciones que sufren los más pobres, débiles y desheredados.
Desde nuestra mentalidad contemporanea, desde nuestro conocimiento de lo que es el sufrimiento en todas sus manifestaciones, bien podemos darnos cuenta de cómo se prolonga hoy este sufrimiento del Señor Jesucristo, por causa de este mundo que se empeña en no querer mirar al único que puede librar, curar y salvar, y en consecuencia, el dolor que sufre igualmente su Madre Amantísima por el Amor grande que tiene a todos los hijos que recibió al pie de la Cruz (Jn 19,25-27).
Te invito a que contemples a la Santísima Virgen en su experiencia de Dolor al lado de su Hijo, que la consueles con tu oración y que la pidas que nos ayude a todos a anunciar la conversión, el cambio de vida que necesitamos hacer para que no siga esta grave situación de la pandemia, que tanto daño ha ocasionado y continua haciéndolo.
Y con Fe, con mucha Fe y confianza, te pido que reces para que Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, venga en ayuda de todas las necesidades de los Hermanos alcanzando la Gracia de que se vean superadas todas estas circunstancias. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 12 de Marzo

Buenos días.
Vamos avanzando por esta senda cuaresmal en medio de este mundo lleno de tantos ruidos, que van llevando a las personas de un lado para otro, con algo que se manifiesta muy grave como es no dejarlas pensar por sí mismas.
No hay cosa más desgraciada para la persona que le lluevan mensajes por todos los lados, opiniones de todo tipo, unas interesadas, otras más sanas, pero al fin llevando a las personas a un bloqueo personal que nadie se lo cree, cuyos resultados son que no pensará por sí misma y por consiguiente la despersonalización estará servida.
Cuando se contempla al Señor Jesucristo en su Pasión y Muerte, es fácil darse cuenta de aquellas actitudes del pueblo de Jerusalén, que el domingo le aclama como Rey y el viernes, cinco días más tarde, están gritando: ‘crucifícale, crucifícale’.
¿Qué había cambiado del domingo al viernes?  
Entonces, ¿qué es lo que había pasado?
Lo mismo que hoy, las personas sin criterio propio son manejadas para llevarlas en rebaño donde se quiere.
Ojalá que hoy, mirando al Señor Crucificado, seamos capaces de entender la razón, las razones por las que Cristo está crucificado; por qué hoy el Señor tiene que seguir colgado de la Cruz; entender que el pecado y la muerte siguen arrebatando a las personas que no reaccionan, ya que ‘viendo no ven y oyendo no oyen’ (Lc 8,10).
Recordar las Siete Palabras de Cristo en la Cruz, volverlas a escuchar y entenderlas, es un ejercicio espiritual muy provechoso que, sin duda, nos ha de ayudar,
Aquí están, por si quieres dedicarles un rato de oración personal:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...”
“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso...”
“Mujer, ahí tienes a tu hijo...”
“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?...”
“Tengo sed...”
“Todo está cumplido...”
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Que este día penitencial sepamos aprovecharlo entregando algo de lo que puede ayudar a los demás, como puede ser la oración que cada día te pido que reces intercediendo al Señor que venga en ayuda de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que nos encontramos aquí, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 11 de Marzo

Buenos días
Sabemos que nuestra Madre la Iglesia nos ofrece como medios para hacer camino cuaresmal la oración, el ayuno y la limosna; todos ellos en el lógico espíritu de penitencia cuaresmal.
Quisiera una breve reflexión en torno a la limosna a la luz de la Sagrada Escritura; en el libro de Tobías leemos cómo exhorta a su hijo a vivir en este espíritu de la limosna.
Le dice: “Da limosna de cuanto posees; no seas tacaño. No apartes tu rostro ante el pobre y Dios no lo apartará de ti. Da limosna en la medida que puedas; si tienes poco, no te avergüences de dar poco. Así acumularás un tesoro para el día de la necesidad. La limosna preserva de la muerte y libra de caer en las tinieblas. Dar limosna es una ofrenda agradable para cuantos la hacen delante del Altísimo (Tob 4,7-11).
Este texto es muy elocuente para ver que la apertura al hermano necesitado ha de ser grande, amplia y generosa, y así se dará todo lo que verdaderamente se pueda de cuanto él necesite, pues la limosna no se debe entender restrictivamente pensando en que sea siempre dinero o cosas materiales, en nuestro mundo hay personas careciendo de muchas cosas más allá del dinero.
No creo que sea necesario enumerarlas, pues son tantas como las necesidades que la persona tiene en las más diversas situaciones y circunstancias.
En nuestro mundo mercantilista todo lo que ‘no se pesa, se cuenta o se mide’ no parece que merezca tenerse en cuenta, lo que es un error bastante grande.
Las dos últimas frases del texto de Tobías son igualmente muy elocuentes, la primera indica que “la limosna preserva de la muerte y libra de caer en las tinieblas”; indudablemente que se está refiriendo a la muerte espiritual que es la que lleva a vivir en las tinieblas por el pecado, y la segunda indica que “dar limosna es una ofrenda agradable para cuantos la hacen delante del Altísimo”, pues lleva a la persona al ejercicio sublime de la Caridad, ya que la está haciendo por Amor y en el Amor al Dios Altísimo.
Creo que ya es suficiente para ver cómo está el corazón sensible a las necesidades de los otros y cómo se está respondiendo a la luz de lo que se debe hacer.
Cada día acabo esta meditación pidiéndote que ores por las necesidades de los Hermanos, esta es una limosna diaria que puedes aportar si la haces con Fe y Esperanza. Preséntasela al Señor Jesucristo para que la atienda y remedie todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 10 de Marzo

Buenos días.
En este Año dedicado de una forma especial a San José, no dejamos pasar ninguna semana de recordarlo en el miércoles, día de la semana dedicado a él.
Hemos rebasado el ecuador de la Cuaresma y bueno es que bajo el patrocinio de San José, consideremos cómo vamos haciendo nuestra propia jornada cuaresmal.
En los tiempos que corremos, cuarenta días no son nada y al mismo tiempo son muchos, pues al sucederse tan vertiginosamente los hechos, sucesos y acontecimientos, hace que se pase de una situación a otra casi sin darse cuenta uno, abandonando la anterior para prestar atención a la presente.
Por ello, hoy sólo quiero hacer, con todo mi respeto, una llamada a la perseverancia en el espíritu cuaresmal.
Que se tenga en cuenta que aún queda tiempo para cumplir el objetivo cuaresmal, cual bien se sabe es la conversión personal.
Y también, que el deber más serio y sagrado que tiene cualquier bautizado, es ser instrumento de la gracia para anunciar y extender el Reino de Dios.
Esto es lo que tradicionalmente se ha llamado “hacer apostolado”, palabra ésta que se la ha ido dejando de lado y perdiendo con ella el verdadero sentido de lo que es ‘evangelizar’; están muy bien todas las reflexiones que se hacen a partir de los medios actuales, con bonitas imágenes y textos sugerentes, pero que no hablan directamente de la persona de Jesucristo, centro y referencia única de la Fe cristiana, obviando muchas veces las verdades explícitas de la predicación de Jesucristo.
Si somos sensibles al mensaje de Cristo se hace necesario hablar de una forma directa de su Pasión, Muerte y Resurrección, de los Novísimos: Muerte. Juicio, Cielo e Infierno, y así, recorrer todas las verdades de la Fe ante las que el hombre se ha de enfrentar y dar su propia respuesta, si quiere llevar su vida a buen puerto.
Que San José nos ayude y nos proteja para que la Iglesia pueda avanzar por los caminos que le corresponden, dispensadora de todos los tesoros de Gracia, Amor y Misericordia que el Señor Jesucristo le ha confiado.
En el espíritu fraternal que nos enseña el Padrenuestro, te pido que lo reces hoy en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que nos volvemos a encontrar aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 9 de Marzo

Buenos días.
Volvemos hoy nuevamente la mirada a los textos litúrgicos de esta jornada cuaresmal, fijándonos en dos puntos: la oración de este día y el evangelio.
Con la oración la Iglesia se dirige así a Dios nuestro Padre: “Señor, que tu gracia no nos abandone, para que, entregados plenamente a tu servicio, sintamos sobre nosotros tu protección continua. Por nuestro Señor Jesucristo”.
“Que tu gracia no nos abandone”, en esta petición tenemos la seguridad de que el Señor nunca nos puede fallar, es el hombre el que por su comportamiento hace que la gracia de Dios actúe o no en su vida.
La petición final es que: “sintamos sobre nosotros tu (su) protección continua”, que está condicionada por la entrega plenamente al ‘servicio divino’, algo que es muy necesario reflexionar con frecuencia, pues el hombre tiene un destino de eternidad, que se desea y espera sea en la salvación eterna, por lo que en su peregrinación por esta tierra la alta misión de colaborar con la gracia de Dios para construir “unos cielos nuevos y una tierra nueva”, donde habite la paz, la justicia, el amor. Y todo esto no se puede hacer si no es desde lo que supone, encierra y es, el SERVICIO DIVINO.
En el evangelio, Mt 18,21-35, Jesús plantea un tema recurrente: el perdón; comienza diciendo el texto evangélico: “acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”, para concluir diciendo el Señor: “Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.
Digo más arriba que es un tema recurrente, pero es que las personas también insisten en no tener el perdón como una de las actitudes más fuertes y constantes en la vida, pues se comprueba con frecuencia como en el ambiente hay divisiones, rencores e incitaciones incluso al odio. No creo que sea necesario extenderse para hacer comprender esta realidad en nuestra sociedad, y de las personas que se dejan envolver por estos mensajes que llegan por los más diferentes medios que se constituyen altavoces de estas graves incitaciones, que terminan haciéndose realidad en el corazón  de las personas.
Mucha oración y penitencia se necesita para que la conversión sea una realidad generalizada en esta Cuaresma.
Y ahora ya te pido que reces, al menos un Padrenuestro, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 8 de Marzo

Buenos días.
¡Padrenuestro que estás en el cielo!
Esta es la exclamación con la que comenzamos el Padrenuestro, al tiempo que con su meditación cerramos las que hemos dedicado a reflexionar sobre esta suprema oración que nos enseñó el Señor Jesucristo.
Esta exclamación es como un grito de LLAMADA a Dios, para que nos oiga las PETICIONES que a continuación le vamos a hacer.
Pero al mismo tiempo es una CONFESIÓN de una realidad en la que creemos.
El Señor Jesucristo nos ha dado, a los que hemos sido bautizados en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, “poder de ser hijos de Dios” (Jn 1,12), por eso podemos decir a Dios: ‘Abba, Padre’, que es el mismo grito que Cristo pronuncia en el Huerto de los Olivos.
Por ello es muy importante considerar lo que supone poder llamar a Dios: ‘Padre’, acercándose a Él con toda la confianza filial que ello supone, y que, por otra parte, nos obliga a comportarnos como verdaderos hijos.
Los Santos Padres explican con gran profusión y sabiduría el sentido de ser ‘hijos de Dios’, así como el gran don que el Señor Jesucristo nos ha dado al poder llamar Padre a Dios.
La segunda parte de la exclamación: “que estás en el cielo”, nos lleva a completar la confesión que apuntamos más arriba al afirmar que está más allá de todo lo imaginable.
Dios está en el Cielo, la morada del Padre; recordemos las palabras de Jesús: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas” (Jn 14,2), pero también se ha de tener en cuenta que el Cielo sugiere la trascendencia de Dios, que no puede habitar en un lugar geográfico porque no está limitado por el espacio ni por el tiempo.
Con esta trascendencia de Dios, confesamos su Omnipotencia, pues Dios es nuestro Padre sin dejar de ser ‘El Señor Todopoderoso’.
Podemos concluir que esta invocación inicial del Padrenuestro es toda una declaración de intenciones, pues quien ora: “Padrenuestro que estás en el cielo”, se reconoce con alegría hijo de Dios y se pone en sus manos con plena confianza, acoge su amor, alaba su omnipotencia y, al mismo tiempo, reconoce a los demás como hermanos, abriéndose necesariamente a la fraternidad universal.
Y aquí lo dejo con la invitación de que reflexionéis en esta aclamación inicial del Padrenuestro, y en todo el conjunto de esta maravillosa oración, la más excelsa de todas, porque nos la enseñó Jesucristo y porque es la más completa al abarcar la vida de la persona.
Reza hoy con Fe y Esperanza el Padrenuestro, por todas las necesidades de los Hermanos aquí congregados en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 7 de Marzo

Buenos días en este III Domingo de Cuaresma, Día del Señor.
Seguimos avanzando por esta jornada cuaresmal de la mano de la Sagrada Liturgia que nos ofrece nuestra Madre la Iglesia.
La primera lectura de este III domingo de Cuaresma del Ciclo B, está tomada del Libro del Éxodo, cap. 20, versículos de 1 al 17; un precioso texto en el que el Señor Dios se revela al hombre diciéndole quien es para él y lo que ha de observar con rigor y precisión.
Comienza afirmando: “Yo soy el Señor, tu Dios…”.
Y continúa: “No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos…”
“No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso…”
“No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso”.
“Fíjate en el sábado para santificarlo”…
“Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él”.
Como veis es una exposición clara de la Ley de Dios, de sus Mandamientos que todos debemos observar como expresión del Amor que Dios tiene a cada persona, e igualmente del Amor que cada uno le debemos a Dios nuestro Padre.
Hoy parece que estos Sagrados Mandamientos no estén en la divisa que distingue a los cristianos, ni que los propios creyentes den testimonio de que se rigen por ellos, como exigencia del Amor de Dios que ya hemos apuntado.
Y es una verdadera pena que para algunas o muchas personas los Mandamientos de la Ley de Dios, no sean los grandes faros que van alumbrando y sosteniendo los duros trabajos que conlleva el quehacer de cada día.
Esta Palabra de Dios es hoy una fuerte llamada para cada uno de nosotros, para escrutar el propio corazón acerca de en qué grado se gobierna la propia vida de acuerdo con estos Mandatos de Amor, que son los Mudamientos de la Ley de Dios.
Es contundente en el primer precepto: “No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos… No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso…”
Ojalá que este Domingo no le dejemos pasar de largo en nuestras vidas.
Y te recuerdo que no dejes de rezar hoy al Señor Jesucristo, que avanza por el Desierto hacia la culminación de su vida entregada a Dios, por ti y por mí, para que su Misericordia venga en auxilio y solución de todos los problemas y necesidades que tienen los Hermanos, que nos reunimos aquí en torno a su Santísima Madre, la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 6 de Marzo

Buenos días
Como es habitual, el pasado día 25 de febrero de 2021, la Virgen María Reina de la Paz, dio un mensaje en Medjugorje, Bosnia Herzegovina, en el que nos invita a “la oración y al ayuno”, pidiendo que seamos “testigos de Esperanza”.
Ciertamente nos ofrece puntos para la reflexión muy interesantes, que en este primer sábado de mes, dedicado al Inmaculado Corazón de María, pueden ser muy luminosos para cada uno.
Os dejo con el texto directamente.
“¡Queridos hijos! También hoy Dios me ha permitido estar con vosotros para invitaros a la oración y al ayuno.
Vivid este tiempo de gracia y sed testigos de esperanza porque, os repito, hijos míos: con la oración y el ayuno incluso las guerras pueden ser suprimidas.
Hijos míos, creed y vivid en la fe, y con la fe, este tiempo de gracia; mi Inmaculado Corazón no os abandona a ninguno de vosotros en el desasosiego, si recurre a mí.
Intercedo por vosotros ante el Altísimo y oro por la paz en vuestros corazones y por la esperanza en el futuro. ¡Gracias por haber respondido mi llamada!”.
Sólo pedirte que reces nuevamente a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 5 de Marzo

Buenos días.
Siguiendo la pretensión de dedicar los viernes al encuentro con el Señor Jesús en su Pasión y Muerte, y particularmente durante este Tiempo de Cuaresma, quisiera considerar, una vez más, la oración del Vía Crucis.
La práctica del ejercicio del Santo Vía Crucis es muy antigua, pues incluso se remonta a los orígenes del cristianismo cuando los piadosos cristianos recorrían los lugares por los que Cristo había pasado desde el Pretorio hasta el Calvario.
A lo largo de la Historia de la Iglesia hay múltiples testimonios sobre la importancia espiritual de hacer el Vía Crucis, varios santos escribieron meditaciones acerca de las 14 estaciones que componen esta práctica piadosa, que se ha demostrado de gran provecho para las personas que la frecuentan, así como muy valiosa ante Dios nuestro Señor.
Es una sencilla forma de recorrer con el Señor Jesucristo en su Pasión, aquel camino de la Vía Dolorosa que tuvo que transitar en los momentos límites de su existencia humana.
La práctica es muy sencilla. Se puede recorrer siguiendo las Estaciones representadas en láminas o cuadros que hay en las Iglesias, pero también se puede hacer en la propia casa recorriendo estas mismas Estaciones de la mejor forma posible.
Lo importante será formular la Estación, reflexionar sobre ella y rezar un Padrenuestro, con las dos jaculatorias que se dicen en cada estación que son: después enunciar la Estación se dice, “te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador”, y después del Padrenuestro y antes de enunciar la siguiente, se dice, “Señor, pequé, tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores”.
Como se ha anunciado en el último número de “al margen”, que se distribuye gratuitamente y supongo recibiréis todos, se anuncia que quien desee tener el Vía Crucis que se ha publicado con las meditaciones escritas por mí, lo puede solicitar gratuitamente por WhatsApp al número +34 606355225, así como, en su caso, el envío también de “al margen”, quien lo desee.
Y hoy, con un espíritu grande de generosidad a imitación del Señor Jesucristo, que entregó su vida por todos nosotros, te pido reces intercediendo por todas las necesidades e intenciones de los Hermanos que nos volvemos a encontrar aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 4 de Marzo

Buenos días
“Venga a nosotros tu Reino”, decimos en la segunda petición del Padrenuestro.
Esta petición es difícil resumirla en el espacio reducido que disponemos, pero sí es importante exponer alguna pincelada que nos ayude a comprender bien lo que se está pidiendo.
Del Reino de Dios habla reiteradamente el Señor Jesús en el evangelio, pero conviene previamente decir que más que Reino debíamos decir Reinado, pues se expresa aquella situación en la que Dios ejerce efectivamente su reinado, su dominio del mundo.
El deseo que expresa esta segunda petición del Padrenuestro, es que llegue plena y definitivamente el estado de cosas en el que Dios reina plenamente y su Plan de Salvación sobre la humanidad se realize perfectamente.
Se puede decir que el núcleo de la predicación de Jesús es precisamente la ‘venida del Reino’; dice en Mc 1,15: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”.
El Señor asegura que su misión es el anuncio del Reino, como lo expresa en Lc 4,43: “Él les dijo: Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado”
Jesús no dará una definición clara y precisa del Reino de Dios, pero lo describe maravillosamente a través de las parábolas: dice que es como el tesoro oculto en un campo, por el que vale la pena venderlo todo; también dirá que se parece a la perla de gran valor, por la que vale la pena desprenderse de todo lo demás para adquirirla.
El Reino de Dios es a la vez una realidad, presente y futura, por un lado, el Señor decía que “El Reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17,21), pero al mismo tiempo, es un proceso de crecimiento que como con la semilla una vez sembrada, germina y crece; o como con el grano de mostaza, la más pequeña de las semillas que sembrada va creciendo y se convierte en mayor que todas las hortalizas, también pasa con la levadura, que metida dentro de la harina la hace fermentar.
El Reino ya está aquí, pero todavía no ha llegado a su plenitud, ha sido sembrado en la tierra y tiene que ir creciendo. Sus comienzos son humildes, casi insignificantes pero está destinado a tener un alcance universal.
Quien hace esta segunda petición del Padrenuestro manifiesta su deseo de que llegue el Reino de Dios, y esto implica el compromiso de vivir de acuerdo con los valores del Reino. Está diciendo que también él hará una opción por la paz y la justicia, desechando de su vida la violencia y el egoísmo.
Si el Reino que pide es el del Padre, está diciendo que quiere vivir como hijo, confiado en el Amor de su Padre. También quiere decir que quiere vivir como hermano de todos, amando con el mismo amor de Dios.
Quien pide la venida del Reino, ha de tener como referencia fundamental de su vida “Las Bienaventuranzas”, que sabéis es síntesis programática del Reino: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos” (Mt 5,3).
En definitiva ha de tomar a Jesús como modelo a seguir, pues es el único que ha vivido como ciudadano del Reino con todas las consecuencias.
Concluyo diciendo que este Reino que pedimos, Cristo nos lo presenta como una búsqueda muy importante, por no decir la principal, la exclusiva: “Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6,33), lo que exige un esfuerzo de CONVERSION, que comporta el cambio radical, profundo, desde dentro de sí mismo, como preparación para entrar en el Reino
El cristiano vive en un mundo donde sigue estando presente el mal en todas sus formas, razón por la que hay que orar intensamente por la venida del Reino, al tiempo que vivir teniendo a Dios como el verdadero Rey.
Os invito a la reflexión, también hoy intensa, para poder ser conscientes, lo más posible, de lo que es y supone para todos esta segunda petición del Padrenuestro.
Igualmente os pido ya que recéis por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestras Madre y nuestra Gu�

Reflexión 3 de Marzo

Buenos días
Como miércoles que es, volvemos nuevamente los ojos a San José para reflexionar en su Patrocinio como abogado de la buena muerte.
Es muy interesante pensar en este quehacer, diríamos, de San José de ayudar a quienes a él se encomiendan en el momento supremo de esta vida, cual es hacer el tránsito a la otra vida.
La muerte es una realidad que se ha de experimentar por parte de todas las personas, que, por otra parte, sería de un gran valor el que se la encarara con toda naturalidad y con toda normalidad, pero ante la que no siempre se está con paz.
Es un paso incierto por desconocido, pero en la Fe y en la doctrina cristiana es el primer paso de los Novísimos, que es ineludible para que se produzca el segundo, el juicio particular, que determinará cualquiera de los otros destinos eternos: cielo o infierno.
Por ello en la Iglesia Católica hay una antiquísima tradición de tener a San José como Abogado de la Buena Muerte, partiendo de su propia muerte en los brazos de su Hijo Jesús y en el calor de su Santísima Esposa, que hace que se le invoque pidiéndole su ayuda y asistencia en este momento supremo que cada uno ha de vivir, tarde o temprano.
Existen oraciones a San José formuladas con esta intención, pero aparte de que se pueda rezar personalmente alguna de ellas, parece más conveniente que se medite, que se reflexione sobre esta cuestión de la muerte, se AME como ya he dicho alguna vez la propia muerte, y se busque la mejor forma de conseguir que sea afrontada con todas las garantías de la Fe y de la Esperanza, a lo que, sin duda, San José puede ayudar y mucho como está atestiguado en la vida de muchos santos y en la historia de la Iglesia.
Si una persona quiere alcanzar de San José este beneficio de ser el abogado y protector de su muerte, de forma que pueda ser buena y del agrado de Dios, debería acudir a él frecuentemente con una oración sencilla, que bien será con una oración de las que existen en el oracional popular o con una simple plegaria propia que, a modo de jaculatoria, repita la persona cada día, como por ejemplo podría ser: “San José, alcánzame una buena hora para el momento de mi muerte”.
Como sabéis, las jaculatorias pueden ser de las conocidas o expresadas en pocas palabras por uno mismo, lo que importa es entender que porque una vez se haga una oración cualquiera a San José pidiéndole la ‘buena muerte’, ya pensemos que está todo hecho.
En la oración, sea del tipo que sea, hay que perseverar en ella para que tenga su buen fruto, así lo enseña el Señor Jesucristo (cfr. Lc 18,1-8; 11,5-9). 
Hoy te pido reces a San José implorando su intercesión en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid –España
www.materchristi.es

Reflexión 2 de Marzo

Buenos días.
Hay una verdad irrefutable, en todos los órdenes de la vida, que no se suele tener en cuenta, y que en este tiempo de oración, reflexión y conversión debíamos reparar en ella.
Siempre y en todo hay una “última vez”, que da paso a cerrar el capítulo de lo que se trate en la vida, incluso hay una “última vez” que dará paso al tránsito de esta vida a la otra.
Si se tuviera en cuenta esta realidad seguro que se caminaría de otra forma, con menos orgullo, con más sencillez, pobreza y humildad, sin el engreimiento de creerse dueños de la vida y de la historia, pero, sobre todo pensando bien entre lo que se hace frente a lo que se debe hacer, pues nunca se puede renunciar a cumplir bien con todo lo que se le ha confiado a uno mismo, bien por el designio divino, bien por las decisiones que uno fue tomando en la vida, con las responsabilidades que conllevan cada cosa.
No creo que sea muy necesario extender más la exposición de esta idea, quizás señalar finalmente que como enseña el Señor Jesucristo, el hombre nunca sabe ni el día ni la hora de lo que ha de acontecer en la propia vida, incluso la del momento último de abandonar la vida terrenal (Mc 13,33-37).
Que cada cual saque sus conclusiones y tenga en cuenta que una expresión de esa conversión de vida que se debe hacer, es esta: saber que cualquier cosa puede ser la última vez que se haga, por lo que se exige hacerla y vivirla bien.
Todos estamos más que sabidos de personas que pensaban un futuro, más o menos inmediato, de una forma muy concreta y próspera, y resulta que una enfermedad, un accidente, un cambio de vida por cualquier razón, o la propia muerte, ha truncado la ‘felicidad que se prometía’.
Te recomiendo que te pares a pensar y recorriendo en tu día a día las cosas que tienes en tus manos, veas que diferentes serían si tuvieras en cuenta esta verdad que decimos de que pueden estar siendo la “última vez” que las abordas o realizas.
¡Cómo cambiarían las actitudes si así se actuaría!, sin caer, por supuesto, en ningún tipo de pesimismo ni catastrofismo, pues bien sabido está que estamos recorriendo un camino en tránsito al encuentro definitivo y eterno con Dios nuestro Padre.
Por favor, no dejes de rezar a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas y cada una de las necesidades de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos hoy aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid –España
www.materchristi.es

Reflexión 1 de Marzo

Buenos días.
Damos la bienvenida a esta nueva jornada mensual llamada MARZO.
En este mes celebraremos el día 19 la Solemnidad de San José y el último domingo, día 28, estaremos viviendo el pórtico de la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos.
Entre tanto seguiremos haciendo el camino de oración y penitencia que nos invita la Cuaresma.
El fundamento de la vida de sacrificio, penitencia y mortificación se encuentra en la AUSTERIDAD, que lleva a la persona a vivir de una forma continuada según las exigencias de las buenas costumbres, ajustado a las demandas de la moral y de todas las normas que de uno u otro tipo se tienen socialmente.
Es muy importante ser conscientes de la necesidad de contar en la propia vida con la AUSTERIDAD, para tenerla en cuenta en todos los aspectos del diario vivir.
Aunque no se debe equivocar la austeridad con llevar las cosas al extremo, como puede ser en la economía o el uso de otros medios, porque la austeridad llevará a no gastar más de lo necesario y en el momento que corresponda, pero nunca a la tacañería que puede ser un serio defecto que perjudicará a los demás, pero también a uno mismo.
La persona austera tiene la capacidad de adaptarse a cualquier situación difícil que se pueda presentar, y a encarar con decisión los sacrificios que se presenten o exijan las circunstancias en diferentes momentos.
Bueno es, por tanto, revisar este punto para descubrir todos sus aspectos positivos e introducir esta virtud en la propia vida, pues de la mano de la austeridad se llegará con facilidad a conseguir el orden y el equilibrio, que tanto beneficia a la persona, pues no debemos olvidar que “sin orden no es posible la santidad”, objetivo primero y, sin duda, el más importante por alcanzar, pues de los consejos evangélicos es éste uno de los más importantes en la boca de Jesús, que después de enseñar las Bienaventuranzas y de marcar las exigencias de la Ley en la vida personal y comunitaria, concluyó diciendo: “Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48).
Pues valga esta reflexión sobre la austeridad como norma de vida, para introducirnos en esas otras prácticas cuaresmales que la Iglesia nos pide para hacer el camino de conversión que se necesita y poder vivir con el Señor Jesús los Misterios de su Pasión, Muerte y Resurrección.
Sigo pidiéndote hoy que reces con Fe y Esperanza, por todas las necesidades de los Hermanos, que aunque nos las conozcas personalmente, el Señor sí las sabe y algunos Hermanos harán bien de acogerse a estas oraciones, para poder alcanzar del Señor las Gracias que necesiten para ver resueltas sus intenciones y necesidades, por la intercesión de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es