Reflexión 5 de Marzo

Buenos días.
Siguiendo la pretensión de dedicar los viernes al encuentro con el Señor Jesús en su Pasión y Muerte, y particularmente durante este Tiempo de Cuaresma, quisiera considerar, una vez más, la oración del Vía Crucis.
La práctica del ejercicio del Santo Vía Crucis es muy antigua, pues incluso se remonta a los orígenes del cristianismo cuando los piadosos cristianos recorrían los lugares por los que Cristo había pasado desde el Pretorio hasta el Calvario.
A lo largo de la Historia de la Iglesia hay múltiples testimonios sobre la importancia espiritual de hacer el Vía Crucis, varios santos escribieron meditaciones acerca de las 14 estaciones que componen esta práctica piadosa, que se ha demostrado de gran provecho para las personas que la frecuentan, así como muy valiosa ante Dios nuestro Señor.
Es una sencilla forma de recorrer con el Señor Jesucristo en su Pasión, aquel camino de la Vía Dolorosa que tuvo que transitar en los momentos límites de su existencia humana.
La práctica es muy sencilla. Se puede recorrer siguiendo las Estaciones representadas en láminas o cuadros que hay en las Iglesias, pero también se puede hacer en la propia casa recorriendo estas mismas Estaciones de la mejor forma posible.
Lo importante será formular la Estación, reflexionar sobre ella y rezar un Padrenuestro, con las dos jaculatorias que se dicen en cada estación que son: después enunciar la Estación se dice, “te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador”, y después del Padrenuestro y antes de enunciar la siguiente, se dice, “Señor, pequé, tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores”.
Como se ha anunciado en el último número de “al margen”, que se distribuye gratuitamente y supongo recibiréis todos, se anuncia que quien desee tener el Vía Crucis que se ha publicado con las meditaciones escritas por mí, lo puede solicitar gratuitamente por WhatsApp al número +34 606355225, así como, en su caso, el envío también de “al margen”, quien lo desee.
Y hoy, con un espíritu grande de generosidad a imitación del Señor Jesucristo, que entregó su vida por todos nosotros, te pido reces intercediendo por todas las necesidades e intenciones de los Hermanos que nos volvemos a encontrar aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid –España
www.materchristi.es