Reflexión 29 de Marzo

Buenos días en el Lunes Santo.
Vamos caminando, con el mejor espíritu que nos sea posible, a acompañar al Señor Jesús en estos últimos días de su vida terrenal.
Hoy contemplamos la imagen de Jesús cuando lloró sobre Jerusalén, que se contempla desde la iglesia de Dominus Flevit, que se encuentra en la ladera occidental del Monte de Olivos en Jerusalén.
Nos cuenta San Lucas que: “Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: ¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita (Lc 19,41-44).
La imagen es muy emocionante cuando se vive in situ, pero también lo puede ser contemplándola a través del texto evangélico.
Permitirme que resalte la última frase: “Porque no reconociste el tiempo de tu visita”.
Este puede ser un fuerte aldabonazo para nosotros, que bautizados en su Nombre, junto con el del Padre y el del Espíritu Santo, se nos olvida su vida, su amor, su entrega, su llamada…, su visita.
Aquí os dejo, con el Señor Jesús que llora sobre Jerusalén, pero que hoy puede que llore también sobre tantos lugares de nuestro mundo, de nuestra patria e incluso de nuestro pueblo.
Y ya te pido que reces con mucha humildad a este Señor Jesús, pidiéndoles que venga en auxilio de todas las necesidades de los Hermanos, que nos volvemos a encontrar aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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