Reflexión 28 de Marzo

Buenos días en el Domingo de Ramos.
Entramos en la Semana grande de nuestra FE, que desembocará en lo que es la plenitud de la misma FE: la Resurrección del Señor Jesucristo.
De las lecturas de la Santa Misa de este día me parece muy importante para la reflexión, la segunda lectura tomada de la carta a los Filipenses, 2,6-11: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
Quiero significar la última parte, cuando dice que “al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
El Nombre de Jesús es importantísimo tenerlo en el corazón y en la lengua, pues ante Él todo queda sometido, como dice el Apóstol, ‘para gloria de Dios Padre’, otra realidad que debemos considerar continuamente.
Textos como este son muy importantes tenerlos muy vivos, pues la Fe se alimenta vigorosamente cuando se les tiene en cuenta en el ejercicio de la vocación cristiana, se les recuerda, se les hace vida propia en el sometimiento de sí mismo, incluso cuando se les hace oración, pues puedo asegurar que es fuente de gracia, profesar con el corazón y con la lengua diciendo el texto ya resaltado: “Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
Que durante toda esta semana, sea en las circunstancias que sean, sepamos vivir en la reflexión y oración más íntima y personal, contemplando estos Misterios centrales de la Fe Católica.
Y hoy, en el gozo del Domingo de Ramos, no dejes de pedir por todos los Hermanos, sus intenciones, sus proyectos y sus necesidades de todo tipo, a este Señor Jesús que ‘nos Amó hasta el extremo’, muriendo en la Cruz por ti y por todos los hombres. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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