Reflexión 17 de Marzo

Buenos días.
Al amparo de San José en este día miércoles dedicado a él, además de estar a dos días de su Solemnidad, bien estaría reflexionar sobre una actitud que deja traslucir a lo largo de su vida.
Me refiero a su integridad, pues conjugó perfectamente sus obligaciones de esposo y padre con el de una persona que tiene que mantenerse en medio del mundo, sin buscar notoriedad de ninguna clase.
No es fácil mantener una integridad de vida, pues cuando no aparece la ambición, aparece el egoísmo, los malos sentimientos, las resistencias, los rencores, envidias, etc., que introducen a quien los padece y, sobre todo a los que se dejan arrastrar, en una dinámica tan fea como perversa en sus resultados.
Cuando en este tiempo cuaresmal se insiste en la conversión de vida, se está marcando un camino en el que no hay cabida para ninguna pasión, ni otras malas inclinaciones propias del hombre que no ve el horizonte de eternidad y, por tanto, no se plantea para nada los Novísimos: Muerte, Juicio, Cielo e Infierno, de los que por mucho que se insista no será suficiente para aquellos que no quieren aceptarlos, incluso que desearían que no existieran.
Pero sí, porque al menos la Muerte no la puede negar nadie, y bien haríamos con considerarla junto con los otros tres, pues lo que no se vive por AMOR, al menos se debería tener en cuenta por temor, pero…
Reza hoy, por favor, a San José, para que con su patrocinio alcance de su Hijo Jesús cuantas gracias necesitan todos los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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