Reflexión 7 de Marzo

Buenos días en este III Domingo de Cuaresma, Día del Señor.
Seguimos avanzando por esta jornada cuaresmal de la mano de la Sagrada Liturgia que nos ofrece nuestra Madre la Iglesia.
La primera lectura de este III domingo de Cuaresma del Ciclo B, está tomada del Libro del Éxodo, cap. 20, versículos de 1 al 17; un precioso texto en el que el Señor Dios se revela al hombre diciéndole quien es para él y lo que ha de observar con rigor y precisión.
Comienza afirmando: “Yo soy el Señor, tu Dios…”.
Y continúa: “No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos…”
“No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso…”
“No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso”.
“Fíjate en el sábado para santificarlo”…
“Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él”.
Como veis es una exposición clara de la Ley de Dios, de sus Mandamientos que todos debemos observar como expresión del Amor que Dios tiene a cada persona, e igualmente del Amor que cada uno le debemos a Dios nuestro Padre.
Hoy parece que estos Sagrados Mandamientos no estén en la divisa que distingue a los cristianos, ni que los propios creyentes den testimonio de que se rigen por ellos, como exigencia del Amor de Dios que ya hemos apuntado.
Y es una verdadera pena que para algunas o muchas personas los Mandamientos de la Ley de Dios, no sean los grandes faros que van alumbrando y sosteniendo los duros trabajos que conlleva el quehacer de cada día.
Esta Palabra de Dios es hoy una fuerte llamada para cada uno de nosotros, para escrutar el propio corazón acerca de en qué grado se gobierna la propia vida de acuerdo con estos Mandatos de Amor, que son los Mudamientos de la Ley de Dios.
Es contundente en el primer precepto: “No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos… No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso…”
Ojalá que este Domingo no le dejemos pasar de largo en nuestras vidas.
Y te recuerdo que no dejes de rezar hoy al Señor Jesucristo, que avanza por el Desierto hacia la culminación de su vida entregada a Dios, por ti y por mí, para que su Misericordia venga en auxilio y solución de todos los problemas y necesidades que tienen los Hermanos, que nos reunimos aquí en torno a su Santísima Madre, la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid –España
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