Reflexión 26 de Marzo

Buenos días.
Último viernes de Cuaresma, abriendo paso para la Semana Santa, que comenzaremos con la Celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Estos acontecimientos nos llevan a la reflexión de ver cómo un pueblo, que reconoce a Jesús como el Mesías, solamente a la vuelta de unos días ha sido completamente cambiado, de vitorearle pasa a pedir su condena con una tumultuosa insistencia.
Es verdad que estas actitudes se han visto a lo largo de la historia también en la sociedad civil más contemporánea, pero ello lleva a pensar un poco en cómo es la condición humana.
Y también a escrutar el propio corazón de cómo son los principios propios y los convencimientos, para saber si se tiene ‘pies de barro’ que cualquier viento los haga tambalear y abandonar unas convicciones para dejarse llevar por otras seducciones o propuestas contrarias.
Es por ello que el Señor Jesús nos pide en el evangelio la perseverancia hasta el final, cuando advierte que seremos odiados y perseguidos por su nombre, pero que el que “persevere hasta el final, se salvará”. El texto completo merece ser leído y meditado en el evangelio de San Mateo 10,16-22.
Mantenerse firme en la Fe durante esta peregrinación terrenal, exige, no solo creer, sino también sostener la Fe con la Esperanza que se ha de cultivar en la oración y la penitencia, medios que la Iglesia nos brindó al comienzo del tiempo cuaresmal, al que vamos dando ya fin en los próximos días.
No olvidemos nunca aquellos consejos del Maestro: “Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos”. (Mt 7,13-14); “Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán” (Lc 13,22-24).
Con la ilusión que comenzamos la jornada cuaresmal, hagamos el esfuerzo de acabarla de igual forma, para poder Celebrar, con toda la ilusión y profundidad del corazón, el Triduo Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesucristo.
Te pido que ayudes con tu oración generosa, a conseguir las gracias que necesitan todas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí como cada día en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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