Buenos días.
Último viernes de Cuaresma, abriendo paso para la Semana Santa, que comenzaremos con la Celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Estos acontecimientos nos llevan a la reflexión de ver cómo un pueblo, que reconoce a Jesús como el Mesías, solamente a la vuelta de unos días ha sido completamente cambiado, de vitorearle pasa a pedir su condena con una tumultuosa insistencia.
Es verdad que estas actitudes se han visto a lo largo de la historia también en la sociedad civil más contemporánea, pero ello lleva a pensar un poco en cómo es la condición humana.
Y también a escrutar el propio corazón de cómo son los principios propios y los convencimientos, para saber si se tiene ‘pies de barro’ que cualquier viento los haga tambalear y abandonar unas convicciones para dejarse llevar por otras seducciones o propuestas contrarias.
Es por ello que el Señor Jesús nos pide en el evangelio la perseverancia hasta el final, cuando advierte que seremos odiados y perseguidos por su nombre, pero que el que “persevere hasta el final, se salvará”. El texto completo merece ser leído y meditado en el evangelio de San Mateo 10,16-22.
Mantenerse firme en la Fe durante esta peregrinación terrenal, exige, no solo creer, sino también sostener la Fe con la Esperanza que se ha de cultivar en la oración y la penitencia, medios que la Iglesia nos brindó al comienzo del tiempo cuaresmal, al que vamos dando ya fin en los próximos días.
No olvidemos nunca aquellos consejos del Maestro: “Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos”. (Mt 7,13-14); “Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán” (Lc 13,22-24).
Con la ilusión que comenzamos la jornada cuaresmal, hagamos el esfuerzo de acabarla de igual forma, para poder Celebrar, con toda la ilusión y profundidad del corazón, el Triduo Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesucristo.
Te pido que ayudes con tu oración generosa, a conseguir las gracias que necesitan todas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí como cada día en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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