Reflexión 11 de Marzo

Buenos días
Sabemos que nuestra Madre la Iglesia nos ofrece como medios para hacer camino cuaresmal la oración, el ayuno y la limosna; todos ellos en el lógico espíritu de penitencia cuaresmal.
Quisiera una breve reflexión en torno a la limosna a la luz de la Sagrada Escritura; en el libro de Tobías leemos cómo exhorta a su hijo a vivir en este espíritu de la limosna.
Le dice: “Da limosna de cuanto posees; no seas tacaño. No apartes tu rostro ante el pobre y Dios no lo apartará de ti. Da limosna en la medida que puedas; si tienes poco, no te avergüences de dar poco. Así acumularás un tesoro para el día de la necesidad. La limosna preserva de la muerte y libra de caer en las tinieblas. Dar limosna es una ofrenda agradable para cuantos la hacen delante del Altísimo (Tob 4,7-11).
Este texto es muy elocuente para ver que la apertura al hermano necesitado ha de ser grande, amplia y generosa, y así se dará todo lo que verdaderamente se pueda de cuanto él necesite, pues la limosna no se debe entender restrictivamente pensando en que sea siempre dinero o cosas materiales, en nuestro mundo hay personas careciendo de muchas cosas más allá del dinero.
No creo que sea necesario enumerarlas, pues son tantas como las necesidades que la persona tiene en las más diversas situaciones y circunstancias.
En nuestro mundo mercantilista todo lo que ‘no se pesa, se cuenta o se mide’ no parece que merezca tenerse en cuenta, lo que es un error bastante grande.
Las dos últimas frases del texto de Tobías son igualmente muy elocuentes, la primera indica que “la limosna preserva de la muerte y libra de caer en las tinieblas”; indudablemente que se está refiriendo a la muerte espiritual que es la que lleva a vivir en las tinieblas por el pecado, y la segunda indica que “dar limosna es una ofrenda agradable para cuantos la hacen delante del Altísimo”, pues lleva a la persona al ejercicio sublime de la Caridad, ya que la está haciendo por Amor y en el Amor al Dios Altísimo.
Creo que ya es suficiente para ver cómo está el corazón sensible a las necesidades de los otros y cómo se está respondiendo a la luz de lo que se debe hacer.
Cada día acabo esta meditación pidiéndote que ores por las necesidades de los Hermanos, esta es una limosna diaria que puedes aportar si la haces con Fe y Esperanza. Preséntasela al Señor Jesucristo para que la atienda y remedie todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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