Reflexión 12 de Marzo

Buenos días.
Vamos avanzando por esta senda cuaresmal en medio de este mundo lleno de tantos ruidos, que van llevando a las personas de un lado para otro, con algo que se manifiesta muy grave como es no dejarlas pensar por sí mismas.
No hay cosa más desgraciada para la persona que le lluevan mensajes por todos los lados, opiniones de todo tipo, unas interesadas, otras más sanas, pero al fin llevando a las personas a un bloqueo personal que nadie se lo cree, cuyos resultados son que no pensará por sí misma y por consiguiente la despersonalización estará servida.
Cuando se contempla al Señor Jesucristo en su Pasión y Muerte, es fácil darse cuenta de aquellas actitudes del pueblo de Jerusalén, que el domingo le aclama como Rey y el viernes, cinco días más tarde, están gritando: ‘crucifícale, crucifícale’.
¿Qué había cambiado del domingo al viernes?  
Entonces, ¿qué es lo que había pasado?
Lo mismo que hoy, las personas sin criterio propio son manejadas para llevarlas en rebaño donde se quiere.
Ojalá que hoy, mirando al Señor Crucificado, seamos capaces de entender la razón, las razones por las que Cristo está crucificado; por qué hoy el Señor tiene que seguir colgado de la Cruz; entender que el pecado y la muerte siguen arrebatando a las personas que no reaccionan, ya que ‘viendo no ven y oyendo no oyen’ (Lc 8,10).
Recordar las Siete Palabras de Cristo en la Cruz, volverlas a escuchar y entenderlas, es un ejercicio espiritual muy provechoso que, sin duda, nos ha de ayudar,
Aquí están, por si quieres dedicarles un rato de oración personal:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...”
“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso...”
“Mujer, ahí tienes a tu hijo...”
“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?...”
“Tengo sed...”
“Todo está cumplido...”
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Que este día penitencial sepamos aprovecharlo entregando algo de lo que puede ayudar a los demás, como puede ser la oración que cada día te pido que reces intercediendo al Señor que venga en ayuda de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que nos encontramos aquí, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchirsti.es