Reflexión 15 de Marzo

Buenos días.
En este tiempo de Cuaresma, que ha de tener mucho de desierto para la persona que hace cuanto pueda, para recorrerla con interés de conseguir todas las gracias que ofrece, este pensamiento de Pitágoras es de una gran luminosidad.
Dice: “Escucha y serás sabio; el comienzo de la sabiduría es el silencio”. Efectivamente en el silencio el alma puede encontrar a Dios, pues el Señor susurra en la quietud de las cosas.
Así la presencia misteriosa del Señor toma forma a través de una suave brisa en el silencio del desierto (cfr. 1 Re 19,11-14).
En el Salmo 4, 5 encontramos: “Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho”.
El silencio es principio de la sabiduría porque en la reflexión interior se encuentra la raíz y la razón de las cosas, lo que conlleva evitar el error que casi siempre se produce en el ruido y la precipitación de las decisiones primero, y luego en las acciones que se derivan de las decisiones tomadas.
Si nos decidimos a hacer silencio, podremos encontrarnos con alguna sorpresa al percatarnos de algo en lo que no habíamos reparado, que lo creíamos superado o que no creíamos que tuviera cabida en los propios planteamientos de la vida.
En el silencio podremos encontrar caminos certeros, que si los seguimos, la conversión será más fácil, porque la Luz del Espíritu Santo hará verlo en toda su dimensión, y con su Fortaleza, será más que posible llevarla a cabo.
Como cada día, te pido que atiendas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos, rezando a la Santísima Virgen por la superación de todas las dificultades o carencias que haya. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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