Reflexión 9 de Enero

Buenos días
Antes de finalizar este Tiempo de Navidad, os invito a reflexionar sobre un episodio que conocemos pero del que quizás aún no hemos tomado toda la consideración que merece.
Me refiero a la ‘HUIDA A EGIPTO’ que nos cuenta San Mateo: “Cuando ellos (los magos) se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «LEVÁNTATE, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, DE NOCHE, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo” (Mt 2,13-15).
Como es lógico, María y José tendrían pensado regresar con su Hijo a su hogar en Nazaret, pero salta la SORPRESA, Dios le manda a través del Ángel que se ponga en camino con el Niño y su Madre a Egipto.
Es cierto que el Ángel le explica los motivos, que son serios, pero si uno intenta ponerse en su lugar es fácil darse cuenta de que fue una prueba grande por varias razones.
No es una iniciativa propia para buscar una vida mejor.
Tampoco cabe que sea agradable irse a una tierra desconocida y sin un ‘horizonte’ que se prevea agradable y fácil.
Hay que irse sin saber por cuanto tiempo, el momento del retorno será ‘la muerte de Herodes’, pero ¿cuánto tiempo ha de pasar para que ello ocurra?
El motivo, tampoco es nada agradable.
Y las consecuencias serán duras, muy duras, para los niños de la región de Belén, tal como cuenta igualmente San Mateo: “Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores” (v. 16).
Se pueden extraer bastantes enseñanzas de este acontecimiento en la vida de la Sagrada Familia, que como hemos visto a lo largo de estos días, no fue nada fácil.
Es verdad que la ternura del Nacimiento de un Niño, que además era Dios, siempre es ocasión de gozo y alegría, pero en la contemplación serena y sensata de los hechos, podemos ver cómo desde el comienzo la vida del Señor Jesús estuvo marcada por la CRUZ, en la que finalmente no hubo otra salida que MORIR en ella.
Y finalmente, la OBEDIENCIA SILENCIOSA de José, que sin dudar cumple lo que le manda el Ángel, con la SUMISA COLABORACIÓN de su Esposa.
¡Qué ejemplos los de la Sagrada Familia!
Para nuestras generaciones tan llenas de ORGULLO, ENGREIMIENTO y PREPOTENCIA no les es fácil ACEPTAR este relato y sus enseñanzas, aunque hoy queramos asemejar esta ‘Huida a Egipto’ con los flujos migratorios de los tiempos actuales, que habría que analizar con objetividad para encontrar alguna situación que se le pudiera establecer un paralelismo real.
En todo caso, lo importante es seguir creciendo en la FE a la LUZ y al AMPARO de la SAGRADA FAMILIA.
Reza, por favor, a Jesús, María y José, para que vengan en ayuda de poder superar todas las necesidades, materiales y espirituales, de los Hermanos que cada día nos encontramos aquí.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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