Reflexión 28 de Enero

Buenos días.
La primera petición del Padrenuestro, “SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”, nos lleva a considerar algo que quizás no hayamos reparado.
Las peticiones del Padrenuestro, la oración más importante que tenemos los cristianos, pues su enseñanza salió de los labios del Señor Jesucristo, son PETICIONES ACTIVAS, nunca peticiones pasivas, aunque así las hayamos hecho muchas veces.
Darse cuenta de esto es muy importante, tanto para tener conciencia de lo que se pide, como del compromiso que conlleva, para que la gracia de Dios actúe.
La persona siempre se coloca en y desde un plano concreto, con una actitud que depende de diferentes causas o circunstancias, pero de forma que siempre es ACTIVA o PASIVA.
Las peticiones del Padrenuestro son ACTIVAS, han de serlo así, pues no invitan a quedarse con los brazos cruzados, a inhibirse o dejar ir las cosas, lo que quiere decir en definitiva, que estas ‘peticiones activas’ tienen consecuencias para la propia persona, para la vida, para la convivencia…, para todo lo que envuelve la existencia humana.
Volviendo a esta primera petición, sin renunciar a volver a ella en otro momento para poder completar lo que vamos a concluir ahora, hemos de considerar que el NOMBRE DE DIOS ha sido y es manchado, vilipendiado, incluso, intentado ser borrado de la faz de la tierra por todas las insidias del Demonio, que seduciendo al hombre le lleva por los caminos del pecado y de la negación de Dios.
Fue su gran obra con Eva y Adán en el Paraíso, como nos cuenta el Libro del Génesis, y que continúa a lo largo de la Historia.
Cuando el hombre sólo busca con egoísmo sus intereses más inmediatos, participa en el desorden y hasta en la destrucción de todo cuanto le estorbe, para que sólo prevalezca lo que la ambición y el interés le interese; así estará secundando los proyectos diabólicos que, como he dicho, vienen desde el primer momento de la creación del hombre.
Es por lo que en esta petición se le pide a Dios Padre que, por encima de lo que el hombre está provocando con su pecado en orden a la ‘negación de Dios’, su NOMBRE SEA SANTIFICADO en TODO y por TODO.
Y aquí ya aparece el compromiso de esa ‘oración activa’ que decimos al comienzo, pues no sólo suplicamos la Gracia de Dios para que no avance la destrucción de todo lo que representa su NOMBRE, sino que en lo que personalmente corresponda, se va a hacer cuanto le sea posible a uno mismo para construir y no destruir.
Saboreemos esta petición del Padrenuestro y veamos su importancia, asimilando el compromiso de vida que exige.
Igual que los días anteriores, te pido que reces al buen Padre Dios por todas las necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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