Reflexión 19 de Enero

Buenos días
En este Año de San José, cada día 19 del mes se puede ganar la Indulgencia Plenaria tal como indicamos el pasado miércoles día 13, así como también cada miércoles del año.
Además de recordar este beneficio espiritual, que quien quiera puede obtener hoy por la intercesión de San José, quería que nos fijáramos en un aspecto de su vida que puede dar mucha LUZ para la nuestra propia.
No es difícil suponer que en la convivencia de la Sagrada Familia en Nazaret, San José contribuyera a la educación humana de Jesús con el arma más poderosa que tiene la persona, su EJEMPLO DE VIDA.
No pocas veces pretendemos corregir los caminos errados que siguen los hijos, los amigos, los compañeros, etc., con mucha conversación o con mucho “sermón”, no dándonos cuenta que a la persona las palabras le llegan hasta donde llegan, pues depende de la actitud y de la situación en la que se encuentra, pero de lo que no puede desentenderse es del EJEMPLO DE VIDA que puede estar recibiendo y que más tarde o temprano le hará pensar.
Es cierto que será necesaria también la corrección verbal, pero esta corrección es más eficaz si está respaldada por una vida honrada, recta y cabal.
No hace falta mucha elucubración para comprender que tal como San José se comportó desde los desposorios con María, la aceptación total una vez el Ángel le aclaró la situación y todo lo que vino después, que José no sólo fuera un buen padre, que lo demostró ya desde el principio, sino que cuando Jesús fue creciendo, 'sometido a sus padres', según el evangelio, recibiera las enseñanzas humanas para vivir con la perfecta disposición a la voluntad de Dios y el buen comportamiento humano, con todos los que les rodeaban en aquel pueblo.
Es verdad que también Jesús, niño, adolescente y joven sería un hijo especial, pero a hijo especial, padre especial.
Merece la pena reflexionar en lo que fue la forma de vivir de San José, que, lógicamente, se traslucía por su testimonio de vida y el ejemplo en el comportamiento que daba a su hijo e incluso a todos los convecinos que le trataran.
Y esta reflexión nos ha de ayudar a revisar cómo es la propia vida, porque según sea, así será el ejemplo que se da a los más inmediatos y el testimonio de vida que perciben todos, los más cercanos y los más apartados.
Como Patrono de la Iglesia Universal, causa y razón de la convocatoria de este Año Santo, no dejemos de pedirle con Fe y Esperanza, por la Santa Iglesia en estos momentos tan duros que estamos viviendo, así como por sus Pastores, para que cuiden del Pueblo a ellos confiado tal como San José lo hizo con la Sagrada Familia.
Y a Él, también te pido le reces una oración por esta intención diaria de alcanzar Gracia y Bendición en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí en torno a su Santísima Esposa. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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