Reflexión 25 de Enero

Buenos días en la Fiesta de la CONVERSIÓN DE SAN PABLO.
El mismo San Pablo relata su CONVERSIÓN en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, 22,3-16.
Es un relato generalmente muy conocido por el que vemos cómo le llega ese momento, que es toda una ENCRUCIJADA, pues él va hacia Damasco para detener cristianos y llevarlos a Jerusalén presos, pero aparece un ‘nuevo camino a seguir’ completamente opuesto y ante el que hay que decidir; así son las encrucijadas.
El Señor Jesucristo le habla: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo pregunté: ¿Quién eres, Señor? Me respondió: Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues...". Y aquí, la ENCRUCIJADA, Saulo ha de decidir qué hacer. ¿Sigue persiguiendo cristianos o ESCUCHA lo que le dice el Señor?
Sabemos lo que decidió, y el largo y duro camino que hubo de seguir para completar la opción que había tomado de ser Apóstol de Cristo, que luego se verá que era su mejor opción.
Este episodio en la vida de San Pablo nos ilumina para ver cómo son nuestras respuestas en las diferentes 'encrucijadas' que se van presentando a lo largo de la vida, debiendo tener conciencia que cuando se presenta una verdadera encrucijada, se debe tener una conciencia limpia para poder decidir bien, pues tantas veces el camino que se toma puede ser y hacerse irreversible.
Por ello, conviene aprovechar este día para repasar la historia personal y ver lo vivido y lo que es posible quede por vivir, para que siempre sean corregidos los caminos según el querer de Dios.
La mejor ayuda para cuando lleguen las encrucijadas es estar viviendo el consejo evangélico: “Velad, velad y orad…”.
Ruega hoy a San Pablo que interceda ante el Señor en beneficio de todas las necesidades, materiales y espirituales, de los Hermanos que nos encontramos aquí cada día, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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