Reflexión 11 de Enero

Buenos días:
Ya en el Tiempo Ordinario, la Iglesia nos muestra al Señor Jesucristo iniciando su vida pública.
Nos cuenta San Marcos que "Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; CONVERTÍOS Y CREED EN LA BUENA NUEVA" (Mc 1,14-20).
Como vemos, desde el primer momento, el Señor Jesús nos llama a la CONVERSIÓN.
En todos los momentos de la historia, los hombres han necesitado la CONVERSIÓN.
Y en los actuales, también, porque las personas, heridas por el pecado original, se inclinan al pecado y lo aceptan con excesiva facilidad.
Lo peor es que el ORGULLO y los afanes del mundo, de la riqueza y del placer, las hacen seguirlos para VIVIR inmersos en el pecado.
Pero, no es esto lo peor, sino que con ello niegan el verdadero AMOR, niegan a DIOS, porque no quieren salir del desorden del pecado, pues ni tan siquiera llegan en muchos casos a reconocerlo.
La mayor desgracia de la persona es no saber lo que es, pero tampoco reconocerlo cuando Dios, en su insondable Sabiduría y Providencia, les muestra los caminos del error.
Esta desgracia le lleva a no reconocer su verdad, a arrepentirse y a pedir perdón.
¡Cuánto se ha de rezar por la CONVERSIÓN de los pecadores!
No olvidemos lo que la Virgen le dijo en Fátima a los Pastorcitos: "Rezad por los pecadores, muchos van al infierno porque no hay quien rece por ellos".
Que cada uno saque sus propias conclusiones y compromisos.
Ahora, reza ya, como cada día, al Señor Jesús para que venga en auxilio de las necesidades de todos los Hermanos, que nos encontramos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández 
MATER CHRISTI 
Madrid  - España 
www.materchristi.es