Reflexión 18 de Julio

Buenos días 
Se dice que ‘es mejor dar que recibir’, y es verdad por todo lo que representa la entrega, la generosidad, el darse a sí mismo en definitiva.
Pero no se debe olvidar que ‘recibir’ es una necesidad que toda persona tiene de los otros, aunque no es fácil ‘recibir’ porque no se sabe estar en la actitud que exige el recibir y recibir bien.
Muchas veces se entiende que se tiene derecho a que le den o le hagan a uno lo que sea menester, y ahí se puede estar un tanto equivocado, porque la otra persona tendrá el deber, incluso obligación, de dar o darse como la tiene uno mismo en relación a los otros, pero el recibir ya no depende de derechos sino de la GENEROSIDAD del quien lo deba hacer, por más que esté obligado de alguna manera.
Las personas, o se rigen por la CARIDAD, esto es, por el AMOR DE DIOS, o ya podemos invocar o decir lo que queramos, porque las personas dirigidas únicamente por los instintos naturales y por los estereotipos sociales y mercantilistas, no van a DARSE por lo que exige, de alguna manera, ‘negarse a sí mismo’ para entregarse al otro. Y hacerlo según las necesidades reales de cada momento, que exigirá no pocas veces, renuncias personales que tanto cuestan hacer la mayoría de las veces.
No sé si necesitamos más aprender a DAR, o por el contrario aprender a RECIBIR.
DAR exige generosidad, delicadeza…, AMOR.
RECIBIR exige humildad, gratitud…, AMOR.
Se pueden agregar más cualidades o actitudes, tanto en el DAR como en el RECIBIR, pero en todo caso lo necesario es poner a Dios por medio en las relaciones humanas, sean filiales, fraternales, esponsales, amistosas o simplemente humanas.
¿Tú qué haces mejor ‘dar’ o ‘recibir’?
Si hay egoísmo en cualquiera de las dos situaciones, ya está infectada la relación de la que se trate, por lo tanto herida.
Cada día hemos de animarnos a mantener muy presente en la propia vida la CARIDAD, tal como vimos días atrás de la mano de San Pablo en el Himno a la Caridad (1 Cor 13), e intentar vivirlo aunque sólo sea pasito a pasito, pero en constancia diaria, y el triunfo estará asegurado.
También hoy te pido constancia en esa pequeña oración que eleves al Dios Altísimo, pidiéndole Gracia y Bendición para todas las necesidades de los Hermanos, reunidos aquí en torno a María, nuestra, Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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