Reflexión 10 de Julio

Buenos días
Decía Miguel Ángel, el gran artista italiano que tantas huellas dejó de su arte, en el Vaticano, Roma, Florencia, etc., que “las personas enamoradas de Dios no envejecen nunca”.
Es una rotunda afirmación que no vale despacharla con un simple ‘es verdad’, pues se hace preciso entender bien su alcance, no solo de la frase, sino también de cada palabra.
En primer término consideremos el alcance de ‘personas enamoradas de Dios’.
Enamorarse es prendarse del amor de alguien, ganar su agrado y su voluntad, por lo tanto, enamorarse de Dios supone llenarse de AMOR por el SEÑOR DIOS, que es el CREADOR de la persona.
La persona enamorada siempre quiere estar con el AMADO, gastar todo su tiempo, todos sus pensamientos, deseos, palabras y actos con el AMADO, por lo que la persona enamorada de Dios de verdad sólo buscará VIVIR con Él, por Él y para Él.
Y ya en segundo término, veamos el resto de la rase citada ‘no envejecen nunca’, lo que es tan fácil de interpretar como que simplemente DIOS ES ETERNO, la vejez no se conoce en Él, por tanto al enamorarse de Dios se participa en su identidad y todo en Él tiene la frescura de lo nuevo, de lo joven, de lo que no puede pasar en el tiempo, ni envejecer.
Y no es tan difícil ENAMORARSE DE DIOS, pues el Señor que se nos ha manifestado y se nos ha dado a cada uno, que Él ha tomado la iniciativa, nos ha puesto el camino sencillo por el que repondiendo a su donación, encontramos todo su AMOR al que cada uno SOLAMENTE tiene que responder.
La dificultad la encontramos en el propio corazón, que si no se vacía de sí, como decía San Agustín, no se puede llenar del AMOR DE DIOS.
De aquí la importancia del camino de CONVERSIÓN: dejar de pensar, de sentir, de querer como uno mismo desea y quiere, para pensar, sentir, querer como Dios piensa, desea y quiere.
Merece la pena el intento, ¡qué digo! Merece la pena ENAMORARSE DE DIOS, PARA NO ENVEJER NUNCA.
Ánimo porque nos ESPERA nuestro Señor y Padre Dios, el que nos mostró el Señor Jesucristo y al que sólo Él nos lleva.
Ayuda a los demás a que comprendan la vida desde estos presupuestos, pero ante todo a que comprendan que si siempre fue importante la CONVERSIÓN DEL CORAZÓN, estamos en unos tiempos en que urge esta CONVERSIÓN, como ocurriera en NÍNIVE para que no fuera destruida.
Repasa el relato de la CONVERSIÓN DE NÍNIVE y puede que comprendas muchas cosas de esta insistencia mía de llamar a la CONVERSIÓN. Lo encontraras en el Libro de Jonás 3,1-10.
Pero también hoy debes rezar, por Amor a Dios, por todas las necesidades de los Hermanos, reunidos como cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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