Reflexión 13 de Julio

Buenos días
El Señor Jesucristo mantiene una llamada muy insistente a VELAR, a VIGILAR, a estar muy atentos para no ser sorprendidos por los acontecimientos, pues Él mismo dice que “no sabéis ni el día ni la hora”.
Pero este ejercicio de mantenerse a la ESPERA de cualquier cosa o acontecimiento que se pueda presentar, y además inesperadamente, no es algo que caracterice al hombre contemporáneo; tanto es así que cuando ocurre algo que incluso entra dentro de las leyes naturales de la vida, pero que es sorpresivo, las personas suelen reaccionar no solo con sorpresa, sino también con contrariedad o con rechazo.
No debería ser así si las personas aprendieran a SABER ESPERAR, no sólo lo sorpresivo, sino también tantas y tantas cosas positivas y menos positivas que van apareciendo en la vida.
No vale decir algo así como “no me lo esperaba”, porque en la vida terrenal y en la convivencia humana TODO ES POSIBLE, antes, en y después.
Muchas veces se habla de que ‘tal persona, qué buena suerte ha tenido’, y a lo mejor no es tal, porque simplemente ha vivido siguiendo el consejo evangélico: atento, vigilando, y sencillamente ha aprovechado la ocasión que se ha presentado en el momento adecuado.
En la vida no existen las casualidades, simplemente se pasa, se está, se conversa en el momento justo y necesario, para conseguir el resultado de eso que hemos llamado ‘casualidad’.
Es pena que los católicos no mantengan las enseñanzas del Señor Jesucristo que los evangelios exponen con tanta claridad, haciéndolas como se debe las normas de la vida. Si así se hiciera cuán más feliz serían y cómo aceptarían las cosas con la naturalidad de quien se sabe Amado y Cuidado por su Dios y Señor.
Con un poco esfuerzo, paso a paso, no resulta nada difícil vivir con el corazón solamente en Dios, fuera de los afanes de la vida cuando éstos no son los naturales y los que estrictamente exijan las necesidades dentro de la moral cristiana.
¿A qué vivo yo atento…?
¿Velo y oro, como me pide el Evangelio, o dejo ir las cosas según mejor me convenga?
Más preguntas se podrían formular, pero mejor será que cada uno haga las suyas, las que crea más convenientes para poner en su sitio y en hora el propio reloj de la Fe, del seguimiento real a Cristo, según el compromiso Bautismal.
Ya te ruego que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por las mejor solución que tengan las necesidades de los Hermanos; reza con Fe y Esperanza porque son muchas y en algunos casos importantes. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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