Reflexión 31 de Julio

Buenos días en el Día del Señor.
Este Domingo XVIII del Tiempo Ordinario coincide con la Fiesta de San Ignacio de Loyola, clausurándose hoy el Año Jubilar por los 500 años de la conversión de San Ignacio y la espiritualidad ignaciana.
Se disponen de muchos textos de San Ignacio de los que sobresalen los Ejercicios Espirituales.
Pero hay también muchos pensamientos de él que son muy interesantes, como éste: “Quien evita la tentación evita el pecado”, que en un primer momento puede resultar obvio y sin más recorrido en la reflexión.
Pero resulta que es una regla de oro muy importante a tener en cuenta, pues cuando se coquetea con la tentación la caída en el pecado que se trate es segura.
La tentación existirá siempre porque su inspirador nunca va a dejar de provocarla, ya lo vemos en la sexta petición del padrenuestro: “no nos dejes caer en la tentación”, lo que quiere decir que no se pide que no exista la tentación, sino que cuando llegue, la gracia de Dios evite caer en ella, pero la gracia sólo puede actuar cuando la voluntad de la persona está abierta a esa gracia y su fruto.
Por ello queda claro que no se debe atender a las demandas de la tentación, diríamos más, no dejarla pasar aunque sea molesta e insistente como puede ser el zumbido de un moscardón, pues en cuanto se la atienda se aceptará su deseo.
Bueno es imitar a San Ignacio en su Amor sin límite al Señor Jesucristo, por lo que bueno será pedirle esta gracia de poder amar al Señor Jesús como él lo supo hacer.
Reza hoy pidiendo su intercesión en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en la Virgen María, que tanto amó San Ignacio de Loyola. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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