Reflexión 1 de Agosto

Buenos días.
Hay un Himno en la Hora de Completas que puede ayudar mucho a la reflexión, aunque ahora estemos en el comienzo del día y se refiera más bien al final de la jornada, que también podemos entenderlo no sólo el final de la jornada diaria, sino igualmente de la jornada terrenal.
Dice así el Himno:
“Como el niño que no sabe dormirse sin cogerse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y esperanza, así descansará mi alma segura, sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura, tú aliviarás el último cansancio, tú cuidarás los sueños de la noche, tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente la antorcha de la luz y la alegría, y, por las horas que te traigo muertas, tú me darás una mañana viva. Amén”.
Os deseo que este mes que comenzamos, con grandes nubarrones en el horizonte, nos sirva para aprovechar el encuentro que la Liturgia nos procurará con la celebración de grandes Santos, como hoy San Alfonso María de Ligorio, y también con la Santísima Virgen en su Gloriosa Asunción y en la Fiesta de Santa María Reina, de forma que cuando lo culminemos podamos comprobar que hemos avanzado en el camino de perfección.
No dejes, por favor, de rezar con fe y esperanza en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es