Reflexión 31 de Agosto

Buenos días.
Como visteis no pude ‘volver mañana’ al quedar ingresado en el Hospital, pero sí es cierto que os recordé y acepté con la mejor disposición la incapacidad de poder escribir.
Ya volví a casa con el alta médica y la esperanza de que la medicina y sus profesionales hayan ‘puesto a punto’ nuevamente este corazón maltrecho que tengo.
Muchas gracias por vuestra cercanía y por vuestra oración, que es la misma que reitero cada día que hagamos en favor de las necesidades de todos los Hermanos.
Concluimos este mes de Agosto abocados a un tiempo, que se nos anuncia por los medios de comunicación de una forma general como tiempos muy difíciles. Pues bien, solo hay una actitud y respuesta a esta situación: ser más de Dios.
Es cierto que tendremos que poner los medios humanos que podamos, para superar las dificultades que se nos presenten de la mejor forma posible, pero si atendemos a que llevamos dos años, quizás ya tres, que vamos de crisis en crisis, de mal en peor, constatando que nuestra sociedad se va distanciando más y más de Dios nuestro Padre, asumiendo leyes que solo buscan ir contra la Ley de Dios, y aceptando formas de vida y costumbres que también se apartan de los Mandamientos de la Ley de Dios, ¿qué solución cabe sino es una fortísima llamada a la conversión personal?.
Cada uno hemos de ver la realidad de la propia vida y de la que tiene en su entorno, para después: orar, orar, orar; hacer penitencia y hacer un camino certero de conversión, y para llamar a cuantos podamos a que recorran este mismo camino de conversión.
Fuera de aquí, poco nos deberemos de quejar cuando la oscuridad del pecado y de la muerte, rampante y reinante, se cierna sobre todo.
Reza a San José, en este día miércoles, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí, en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es