Reflexión 26 de Agosto

Buenos días.
Estamos ya a solo cinco días del final de este mes de agosto y de casi el final del verano, aunque todavía se prolongue a lo largo de 20 días del mes septiembre.
Y ya, poco a poco, se irá volviendo todo a la cotidianidad del trabajo, los colegios y todo lo que compone la vida ordinaria de las personas y de las familias
En muchos casos y situaciones costará trabajo tornar a la normalidad que trae la vida cotidiana, y habrá que volver a encontrarse con dificultades que quedaron atrás y que es necesario afrontar con el mejor de los ánimos.
Nosotros, las personas de hoy, nos cuesta mucho afrontar sufrimientos y contrariedades, nuestra sociedad se ha empeñado en querer demostrarnos que todo tiene que ser fácil y placentero, pues al intentar hacer desaparecer la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, no hay signo alguno que nos muestre que vivimos en un “valle de lágrimas”, como se dice en la oración de la Salve.
Convendrá que nos paremos a pensar y darnos cuenta que hay que volver a comenzar esa vida cotidiana mejor que la dejamos al comienzo del verano, porque si no fuera así el verano nos habría arrollado y lejos de haber sido benéfico estaríamos ante un posible desengaño.
Desde la Fe las cosas han de resultar llenas de luz y de esperanza, y así todo será bueno para el que ama a Dios, como nos enseña San Pablo: “Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio” (Rom 8,28).
Te vuelvo a pedir hoy que reces al Sagrado Corazón de Jesús, en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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