Reflexión 23 de Agosto

Buenos días.
Los Pueblos tienen sus diferentes proverbios que son como sentencias, adagios o refranes con los que expresan, de una u otra forma su sabiduría popular.
Hay un Proverbio africano que dice: “Dios da, nunca vende”.
En cuatro palabras expresa algo que pone en orden la mentalidad humana con relación a Dios.
Las personas en su condición natural son mercantilistas, han introducido en su relación con Dios los mismos estándares que se utilizan en la convivencia humana, no dándose cuenta que Dios es distinto a los otros humanos, además de que muchas veces en la propia convivencia también ha de primar la gratuidad con la que Dios se da al hombre.
Todo DON de Dios es gratuito. Dios no reclama a cambio de su gracia ningún precio que la persona tenga que satisfacer.
Pero lo que ocurre es que las personas acostumbradas a que con precio compran las cosas, o consiguen de los demás cosas de su interés por diferentes dádivas que pueden ofrecer, piensan que en la relación con Dios ocurre lo mismo. Así mercantilizan su relación Dios: Yo te pido, Padre Dios y a cambio te daré, dinero, velas, algún sacrificio…, cualquier cosa que a Ti te obligue a concederme lo que te pido y yo me quede satisfecho porque, al fin, pagué lo que me diste.
Muy gran error que lleva a la persona a desvirtuar por completo su relación con Dios. y lo peor es que atrofia la relación con el Señor de forma que llegará el momento que se perderá el verdadero sentido de la Fe, no digamos el sentido de la Esperanza, y el deterioro de la Caridad llegará hasta desfigurarla completamente.
Creo que hay que revisar la propia actitud con Dios, pero también ayudar a los demás a comprender que Dios todo lo da gratuitamente, porque Él no vende nunca nada, aunque sea cierto que la gratitud, que es una virtud importante, le guste verla en la persona, ya que la ‘gratitud no admite demora’.
En las relaciones filio-paternales con Dios se ha de trabajar para que sean rectas, sencillas y limpias, sencillamente porque se tenga con claridad todo lo que supone el Amor de Dios hacia la creatura y la correspondencia que ésta debe ofrecer al Señor.
Acabo como cada día pidiéndote que reces, con Fe y Esperanza, en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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