Reflexión 19 de Agosto

Buenos días.
Hay un legítimo objetivo en la vida de toda persona que es buscar el éxito en cualquiera de las empresas que aborde.
Y no siempre se gana, a pesar de creer que todo lo necesario se tiene en la mano y bajo control, pues en definitiva siempre habrá algún elemento o variable con la que no se contaba o se creía que era más fácil controlar.
Sólo el fracaso es el que muestra lo nada fácil que es alcanzar el éxito, y cuando se ha perdido la batalla más de una vez, se puede tomar conciencia de que las cosas no son tan fáciles como se cuentan y como uno mismo se las dibuja.
Al ser humano le viene bien algún ‘baño de realidad’ para curar esa común enfermedad de vanidad, o de orgullo, y no digamos si es de soberbia.
Se hace necesario, por tanto, ir por la vida con el equipaje de la humildad y de la sencillez, pues al fin somos limitados y por más que se quiera no se puede ni controlar todo ni someter a todos.
Esas enfermedades comunes que al fin son los pecados capitales, necesitan que los sometamos periódicamente a revisión y ‘puesta punto’, porque al fin son la fuente de la mayoría de los males que se padecen, y, por supuesto, en los fracasos.
Reza hoy al Sagrado Corazón de Jesús para alcanzar las gracias que necesitan los problemas e intenciones de todos los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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