Reflexión 25 de Julio

Buenos días en la Solemnidad del Apóstol Santiago, Patrón de España.
Un día muy feliz para esta tierra de María Santísima que es España, pues hasta aquí llegó el Apóstol Santiago para traer la Fe y hasta aquí llegó también la Santísima Virgen, para alentarle cuando sus ánimos se venían abajo por la escasa respuesta que encontraba a su predicación.
Como se sabe, fue uno de los tres apóstoles que acompañaron al Señor Jesucristo en los momentos más intensos de su vida, como por ejemplo la transfiguración y la agonía del Señor en el Huerto de los Olivos.
Junto con Pedro y con su hermano Juan fue testigo de la Vida Pública de Jesucristo, siendo el primero también en testimoniar la muerte de su Señor padeciendo el martirio; fue decapitado, poco antes de la Pascua, por Herodes Agripa.
En este día se hace inevitable valorar la Fe recibida y trabajar cuanto se pueda por acrecentarla, en cuanto a la Fe propia y en cuanto a su extensión en medio de nuestro pueblo y nuestro ámbito.
Ser testigos de la Fe Católica que profesamos, debería ser una de las primeras exigencias, por no decir la primera, para cada uno de los bautizados en esta Fe, pues cuando la persona se desvía de las pautas que marcó el Señor Jesús en su predicación evangélica, se debilita en la Fe y entra en caminos oscuros que pueden llevarle a donde no quisiera ir.
Hoy es muy importante orar, con gran confianza, al Apóstol Santiago para exponerle la situación que se encuentra esta tierra de España, cuya Fe va decayendo, sin olvidar también las tierras hispano-americanas, que recibieron la Fe del mismo germen que dejó el Apóstol Santiago en España y que se comprueba cómo está siendo perseguida.
Pedirle y suplicarle que venga en ayuda de todos, en el orden religioso y en el orden civil; que nos ayude a mirar hacia adelante con una gran confianza y con decisión firme de completar su obra evangelizadora en este siglo XXI, que él empezó en el siglo I.
Te pido que le reces al Apóstol por las necesidades de todos los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en torno a la Santísima Virgen del Pilar, que vino a Zaragoza para fortalecer al Apóstol Santiago. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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