Reflexión 3 de Julio

Buenos días en el Día del Señor.
Ya conocéis de mi interés por las oraciones con las que reza nuestra Madre la Santa Iglesia y, con ella, cada uno de nosotros.
En este domingo XIV del tiempo ordinario cabe fijarse en dos de estas oraciones, la oración Colecta y la oración Sobre las Ofrendas.
La primera dice: “OH, Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno los que liberaste de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo”.
‘Concede a tus fieles una santa alegría’, que nosotros debemos mantener en el espíritu y transmitírsela a los demás, creyentes y no creyentes; ‘para que disfruten del gozo eterno…’, ya durante este peregrinar hacia la Casa del Padre.
Hermanos, merece la pena.
Y la Oración sobre las Ofrendas, mirar bien lo que dice: “Que la oblación consagrada a tu nombre nos purifique, Señor, y nos lleve, de día en día, a participar en la vida del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor”.
Fijémonos bien en la petición: ‘…y nos lleve, de día en día, a participar en la vida del cielo’.
De día en día podemos ir conformando nuestra vida a la participación de la Gloria de la Santísima Trinidad, que será esa vida del Cielo para la que fuimos creados por Dios y redimidos y salvados por Cristo.
Es muy hermoso el texto de la Carta a los Efesios, por lo que nos estimula en el origen de nuestra Fe y en la meta que nos está preparada, ojalá no desviemos el camino.
Dice San Pablo: “Él (Dios) nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor” (Ef 1,4).
Reza con mucha esperanza al Señor Resucitado, para que conceda todas las gracias que necesitan los Hermanos en sus intenciones, inquietudes y proyectos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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