Reflexión 10 de Julio

Buenos días en el Día del Señor.
Decimos ‘el Día del Señor’ porque realmente debe ser de Él y a Él dedicado, pero en nuestra cultura no parece que haya prevalecido este principio, ni tan siquiera en los católicos más comprometidos, pues siempre hay situaciones y circunstancias que roban tiempo de atención al Señor y a sus cosas, precisamente en su Día.
Sería importante que hiciéramos el esfuerzo, al menos individual y personalmente, para que el domingo fuera únicamente el Día del y para el Señor.
En este espíritu os ofrezco este Himno litúrgico para que os sirva en la oración.
“A nuestros corazones la hora del Espíritu ha llegado, la hora de los Dones y del apostolado,
Lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh Espíritu desciende, orando está la Iglesia que te espera.
Ven visítanos y enciende, como la vez primera, los corazones en la misma hoguera.
La fuerza del consuelo y el río de la Gracia y de la vida, derrama desde el cielo; la Tierra envejecida renovará su faz reverdecida.
Gloria a Dios, uno y Trino, al Padre creador, al Hijo amado y Espíritu Divino que nos ha regalado, alabanza y honor le sean dados”.
Y en el mismo espíritu, ruega al Señor Resucitado por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a estar en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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