Reflexión 6 de Julio

Buenos días.
El tiempo estival procura el estar más tiempo con las personas del entorno más próximo, pues en la vida normal, por diferentes razones, no se comparte tanto tiempo.
El poder disponer de ese mayor tiempo con los más allegados es muy bueno, pero al mismo tiempo ofrece algún inconveniente que pone a prueba la capacidad de virtud, de comprensión y de saber tener paciencia.
Igualmente, en esta situación se exige a la persona saber condescender, esa hermosa virtud que busca el que la otra persona se sienta bien, porque la bondad hará que se acepte su voluntad acomodándose a sus gustos, etc., siempre que no se traspasen otras líneas que perjudicase la convivencia en sí.
Siempre se habrá de buscar en este tiempo estival aquello que es legítimo, como puede ser el descanso, la distracción con hobbies u otras buenas y sanas ocupaciones, pero también se sabe que la llamada ‘ley del péndulo’ puede hacer que se vaya al extremo de lo no permitido, que por su carácter pecaminoso perjudicará sensiblemente.
De aquí que la persona que quiere gobernar adecuadamente su vida, piense bien las cosas antes de decidir y actuar, para evitar precipitaciones y no verse involucrado en situaciones que luego le pesarán o que simplemente no le gusten.
Ojalá que sepamos hacer felices a cuantos nos rodeen porque sepamos condescender en todo aquello que les beneficie, siempre que, lógicamente, no sea, por otra parte, perjudicial.
Los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía, necesitan de tu oración que implore la Gracia de Dios para todas sus intenciones; no les falles. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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