Reflexión 4 de Julio

Buenos días.
¿Por qué la soledad es uno de los mayores temores en la vida de las personas?
La soledad es una situación que toda persona necesita, en espacios de tiempo más o menos grandes, para el encuentro consigo misma y para la reflexión íntima y personal.
En nuestro tiempo se da la paradoja de que todo el entramado social, medios de comunicación, etc., entretienen a la persona liberándola, en apariencia, de la soledad, pero, al mismo tiempo, al faltarle la intercomunicación con otras personas, la soledad, si cabe, se acentúa dolorosamente más y más.
La persona está hecha para vivir en comunidad, en comunicación con otras personas, y aunque es cierto que hay medios electrónicos y digitales que ofrecen el poder estar en relación con otra persona de una forma inmediata, a tiempo real, no es la relación física, presencial, que en definitiva es la que necesita el ser humano porque así fue creado y así se ha de desarrollar.
Conclusión: es necesaria la soledad personal, en los momentos que se precisan cada día para el encuentro consigo mismo y para la oración, el encuentro con Dios, e igualmente es necesaria la relación interpersonal para que la persona pueda salir de sí misma y, por el contacto con otras personas, pueda vivir su dimensión comunitaria.
La relación interpersonal, física y presencial, es, sin duda, mucha más rica que la que se pueda dar por los medios digitales, que para situaciones concretas y más de batalla, diríamos, pueden servir, pero ha de insistirse que las personas necesitan el contacto físico: el verse, el escucharse, el estrechar sus manos, etc., etc., pues de esta forma habrá mucha más verdad y realismo en la amistad que se construya.
Y si encontramos personas que en verdad viven en la soledad por diferentes causas, bueno será procurarles compañía y asistencia en la medida que la necesite y que se pueda; este problema, con un pequeño esfuerzo, debe tener buena y fácil solución.
Y ahora, ya te pido que no dejes de rezar al buen Padre Dios, qué menos que un padrenuestro, para que venga en ayuda de los Hermanos y sus necesidades, de todos los que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es