Reflexión 28 de Julio

Buenos días.
También este mes, el día 25, la Virgen Nuestra Señora de la Paz dio un mensaje en Medjugorje, cargado de su amor maternal y la gran sabiduría que la asiste, no en vano en las Letanías de la Virgen se la invoca como ‘Trono de la Sabiduría’.
El mensaje fue éste: “¡Queridos hijos! Os invito a ser oración para todos los que no oran.
Hijos míos, testimoniad con vuestra vida la alegría de ser míos, y Dios escuchará vuestras oraciones y os dará la paz en este mundo inquieto, donde el orgullo y el egoísmo reinan.
Hijos míos, sed generosos y sed el amor de mi amor, para que los paganos sientan que vosotros sois míos y se conviertan a mi Corazón Inmaculado.
¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
Ciertamente es un texto para la meditación personal, pero permitirme que subraye alguna frase.
‘Os invito a ser oración para todos los que no oran’. No dice, hacer oración por los que no oran, sino ‘ser oración’ para los que no lo hacen, para los que no lo son; nos invita a que nuestra vida trasluzca el espíritu de oración, que no es otra cosa que la vida en Dios, con Dios y para Dios.
‘Hijos míos, testimoniad con vuestra vida la alegría de ser míos…’. Qué importante es el testimonio de vida: con la forma de estar, de decir, de hacer, de…, al estilo de María. ¿Has hecho alguna vez el ejercicio de coger el evangelio y pararte en esas pocas páginas que habla de la Virgen, observando sus gestos, sus palabras, sus silencios, sus formas de estar, para conocer verdaderamente el estilo de María?
‘Os dará la paz en este mundo inquieto, donde el orgullo y el egoísmo reinan’. No creo que sea tan difícil darse cuenta de esta afirmación de la Virgen, cuando dice que estamos en un mundo que Ella lo denomina inquieto, sin duda, porque el orgullo y el egoísmo reinan, y es por eso que no hay paz en los corazones, en las conciencias, y a partir de aquí no se puede esperar otra cosa que las tensiones en las que se vive.
‘Hijos míos, sed generosos y sed el amor de mi amor…’. Qué importante es la generosidad, algo que mucho creen tener, pero que se engañan, porque la generosidad exige unas virtudes auxiliares que no siempre se tienen o no se llegan a conseguir, y cuando no es así, la generosidad tiene más de apariencia que de realidad.
Qué bonita ocasión de reflexionar en profundidad de la mano de la Santísima Virgen Reina de la Paz de Medjugorje, de cosas tan sustanciosas para la propia vida del espíritu. No la desperdicies.
Y rézala a Ella en este día por las intenciones y necesidades de todos los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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