Reflexión 2 de Julio

Buenos días en la Fiesta de María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Hoy celebramos en MATER CHIRSTI la Fiesta de la Santísima Virgen en la invocación con la que la veneramos desde los albores de la Institución: MARÍA, NUESTRA MADRE Y NUESTRA GUÍA.
De su mano emprendimos el camino de evangelización que el Cielo nos pedía, para llevar a las personas al encuentro con el Señor Jesucristo, porque la Santísima Virgen no quiere nada para sí, busca a todos sus hijos con el único deseo y propósito de que lleguen hasta su Hijo Jesús y con Él alcancen la salvación.
Ella goza con que las personas busquen a su Hijo y se dejen amar por Él, pues al fin esa es su misión como corredentora que es, y así busca y busca a todos para que vuelva tanto el que se alejó como el que se distancia.
De aquí que cuando una persona la acoge en su corazón y desea sentirse amada por la Virgen María, recibirá no solo su consuelo maternal, sino que además estará dispuesta a guiarla por los mejores caminos que deba recorrer en la medida que esa persona la quiera implicar en su vida.
Experimentar a María como Madre, es un gran gozo que nos concedió el Señor Jesucristo en la Cruz, pero sentirla como Guía de la propia existencia durante la peregrinación hacia la Casa del Padre, es vivir en la seguridad y la certeza que todo irá bien siempre.
Aunque hay que reiterar que la Maternidad de María hacia nosotros es un Don del Señor Jesucristo, pero el que sea Guía de nuestras vidas, es una elección y decisión propia de aceptar su deseo que lo ofrece con todo el cariño propio de una madre, como es Ella.
Con el deseo de que María, nuestra Madre y nuestra Guía, nos cubra con su manto a todos y cada uno de los que nos encontramos aquí cada día, hoy le suplico yo que atienda con maternal benevolencia todas las intenciones y necesidades de cada uno. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es