Reflexión 4 de Junio

Buenos días.
Sin olvidar que estamos en el Primer Sábado de Mes, dedicado como sabemos al Inmaculado Corazón de María, vamos, además de ofrecer nuestro ejercicio de oración y reparación a la Santísima Virgen, a considerar la Venida del Espíritu Santo, que celebraremos ya desde esta tarde en las Primeras Vísperas de Pentecostés.
Bien sabemos que la persona fue dotada desde la creación del gran don de la libertad, así como de la sagrada misión de gobernarse a sí misma para poder ir optando por lo que es más acorde con su condición humana y cristiana.
Desde esta realidad personal se ha de ver lo que hemos indicado alguna vez: la importancia que tiene que nos sepamos relacionar con cada una de las Personas de la Santísima Trinidad, lo cual no es nada de difícil, sino todo lo contrario.
En razón de esta Solemnidad de Pentecostés, que nos apresuramos a celebrar, estamos ante el Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, y con la que cada uno sabrá cómo y hasta dónde se relaciona.
Teniendo en cuenta que habita en todos y cada uno de los bautizados, no es complicado asumir sus inspiraciones, aunque puede existir el obstáculo de que la persona, desde su libre albedrío, no le escuche ni le deje actuar.
Pero siempre que el corazón esté abierto a que pueda actuar: “será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”, nos dice el Señor, y se le escuche, bien sus mociones, bien en respuesta a lo que se le pida o se le pregunte, el Espíritu Santo actuará y te asistirá.
A la simple oración de invocarle, para pedirle o proponerle lo que sea, Él, sin duda, acudirá siempre en nuestro auxilio y en nuestra ayuda.
Merece la pena convocarle cada mañana para que asista y ayude en todos los trabajos y en todas las decisiones que haya que realizar a lo largo del día, y, también, en las relaciones interpersonales que tantas veces se presentan complicadas o difíciles.
Si ya tienes experiencia de vivir bajo el auspicio del Divino Espíritu, aprovecha la Celebración de Pentecostés para renovar tu disponibilidad a sus Dones, Frutos y Carismas, pero si aún no has tenido la oportunidad de conocerle y tratarle en profundidad, no dejes pasar esta oportunidad. Pero entre tanto todos podemos ya gritar desde lo más hondo del corazón: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!!
En este Primer Sábado de mes te pido que reces a la Santísima Virgen en favor de las necesidades, intenciones e inquietudes de todos los Hermanos que hoy nos volvemos a encontrar aquí en Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es