Reflexión 16 de Junio

Buenos días en la Solemnidad del Corpus Christi.
Este mismo saludo lo haré el domingo próximo que es cuando en la Iglesia de España se celebrará litúrgicamente esta gran Solemnidad, pero su día original es este jueves después de la Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Nos vale, pues, el día de hoy para hacer una aproximación a esta gran Fiesta de la Santísima Eucaristía, pues aunque el momento cumbre de la Institución de la Eucaristía lo encontramos en la Cena del Señor, el Jueves Santo, parece que celebrar al Señor Jesucristo en su presencia real y permanente en el Santísimo Sacramento, distante de aquellos momentos en los que se precipitaron los acontecimientos de la Pasión y Muerte del Señor Jesucristo, nos centra mejor en lo que es la SantaEucaristía.
Los católicos tenemos claro que el centro de la vida cristiana es precisamente la presencia real y viva del Señor Jesucristo en la Santísima Eucaristía, pero se podría preguntar, con pobreza y humildad: sabiendo que la Eucaristía es el centro de la propia vida: ¿amo en verdad al Señor, simplemente lo necesario, como para que nada ni nadie se anteponga a Él en mi vida?
Esta es la gran pregunta ante aquel alegato de San Pablo: “Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. De modo que quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Así, pues, que cada cual se examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su condenación” (1 Cor 11,26-29).
Ojalá que en este día original del Santísimo Corpus Christi, seamos capaces de hacer lo que pide el apóstol: “Así, pues, que cada cual se examine… porque quien come y bebe sin discernir…”
Que la Sagrada Eucaristía sea de verdad el Amor íntimo de nuestro corazón y cooperemos a expiar, reparar y purificar tantos excesos y profanaciones que se hacen a Jesús Eucaristía.
De la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, reza intercediendo por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en ese espíritu de Adoración que merece Nuestro Señor Jesucristo. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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