Reflexión 13 de Junio

Buenos días en la Fiesta de San Antonio de Padua.
Hoy la Iglesia se alegra con uno de sus hijos más notables por su santidad que ha tenido tanta repercusión a lo largo de la historia.
Hay varios datos que nos pueden hacer pensar. Vive tan solo 36 años (1195-1231), pero su vida está envuelta en grandes predicaciones y numerosos milagros que va haciendo a lo largo de su jornada terrenal.
Es Doctor de la Iglesia y Patrono de los Pobres. A pesar de haber transcurrido ocho siglos de su paso por la tierra, es muy querido entre los católicos y goza de fama mundial por obrar actos prodigiosos, al punto que es reconocido como el más grande taumaturgo de todos los tiempos.
Era un gran predicador; tenía una voz clara y fuerte, talante imponente, memoria prodigiosa y un profundo conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros.
Fue testigo de una aparición del Niño Jesús a quien sostuvo en sus brazos. Por tal motivo, en las imágenes del santo se le representa junto al Niño.
Solía decir: “Si predicas a Jesús, Él ablanda los corazones duros; si lo invocas, endulzas las tentaciones amargas; si piensas en Él, te ilumina el corazón; si lo lees, te sacia la mente”, todo un programa de vida y de intenciones que puede venir bien a cualquiera que quiera vivir en santidad a ejemplo de San Antonio de Padua.
Ya debe ser propia aspiración la de tener al Señor Jesús en el centro de la vida, como lo hiciera San Antonio de Padua.
Acudamos a él para intentar poner la propia vida a punto, de forma que sólo sea la voluntad de Dios la que marque la propia existencia.
Y también para pedirle su intercesión hoy, en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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