Reflexión 3 de Junio

Buenos días.
Hoy Primer Viernes del Mes del Sagrado Corazón de Jesús; bien estará que le dediquemos un tiempo de este día para hacer el ejercicio de los primeros viernes de mes, al tiempo que consolemos este Divino Corazón de Jesús tan ofendido y ultrajado por los pecados de los hombres.
Pero ya estamos en la antevíspera de la Solemnidad de Pentecostés, cerrando el Tiempo Pascual con la Venida del Espíritu Santo.
Cierto es que los que recibimos los Sacramentos, primero del Bautismo y más tarde el de la Confirmación, ya recibimos la plenitud del Espíritu Santo, pero ello no es óbice para que necesitemos seguir gritando: ¡Ven, Espíritu Santo!
El Señor Jesús a lo largo de los evangelios nos instruye muy bien, de la necesidad que vamos a tener del Divino Espíritu en nuestras vidas, pues dice: “el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho” (Jn 14, 26).
Y en otra situación dice también: “…porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir” (Lc 12,12).
Pues aprovechemos estos dos días, hoy y mañana, para disponer los corazones a Celebrar este gran acontecimiento de la Venida del Espíritu Santo, en tanto repasamos ya hoy cómo es nuestra relación real y cotidiana con el Espíritu Divino.
Y a Él reza hoy para que dé Luz y Vida a todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí no volvemos a encontrar en María, Esposa del Espíritu Santo. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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