Reflexión 18 de Junio

Buenos días.
Ya, en la Víspera de la Solemnidad del Corpus Christi, sería interesante seguir profundizando en esta gran donación que el Señor Jesucristo nos hizo al dejarnos su Cuerpo y su Sangre.
Cuerpo entregado en la Cruz y Sangre derramada a lo largo de su Pasión y Muerte, que ahora es para nosotros sostén y fortaleza para nuestra vida, de la que gusta decir: ‘para nuestra vida cristiana’.
Para una persona bautizada en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, su vida, toda ella, desde ese momento es vida cristiana, debe serlo a tiempo completo las 24 horas del día.
Pero a veces, al expresarnos parece como si se tuvieran diferentes tipos de vida en la misma persona, pues se habla de forma como si se refiriera a la vida en la Fe solo en temas o cuestiones concretas, lo que ayuda a caer en equívocos.
Desde el día del Bautismo, que fuimos incorporados al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia Católica, somos cristianos, y como tal no hay distinción del momento, de la ocupación o del estado de vida que se tenga. En todo momento y a cualquier hora, se es cristiano, más allá de lo que se esté haciendo o en lo que se esté trabajando.
Al enemigo le interesa que no se tenga clara conciencia de esta realidad incontrovertible, pues así puede utilizar sus seducciones para llevar a la persona al pecado en situaciones fuera del control familiar, o del control laboral, o en cualquier otra situación circunstancial, haciéndola pensar que en esas ‘situaciones’ no se está, como si dijéramos, en la órbita cristiana.
Se necesita un poco de seriedad consigo mismo, para entender las cosas tal cuales son, sin exceso, pero también sin defecto.
Si contemplamos al Señor Jesucristo en la Eucaristía, en su humilde presencia en el pan consagrado, pero en su grandeza y señorío como Rey de reyes y Señor de señores, podemos darnos cuenta que sus claras palabras; “El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama (Mt 12,30)” no se deben tomar a broma porque son muy serias y están vigentes en todo momento de las 24 horas del día.
Pero como se espera y se desea que esta gran Solemnidad del Corpus Christi la vivamos en Gracia de Dios, esto es, fuera de pecado y de todo sentimiento que oscurezca el corazón, nos encontramos ante el Señor Jesús Resucitado que se nos presenta sencillo, pobre y humilde en la Sagrada Eucaristía para hacer vida con nosotros.
Y que en este día la Santa Iglesia lo presentará majestuoso en la Custodia, para bendecir a todos mientras procesione por las calles de nuestros pueblos y ciudades. Y ahí, en esa Fiesta de Luz y de Triunfo del Señor Eucaristía, es de confiar encontrarnos todos para ADORAR al Señor Jesús, que se entregó y se nos da en alimento para la travesía de la vida.
No olvides rezar en este día sábado, a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en torno a ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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