Reflexión 30 de Diciembre

Buenos días.
Penúltimo día de este año 2021, en el que por más que se nos ha dicho que ya llegaba la “normalidad” ya vemos que no ha llegado, y lo más grave es que, sin ánimo de ser pesimistas, no sabemos si llegará esa ‘normalidad’ que tanto se ansía.
Ya dijimos lo necesario que era una reflexión acerca de lo acontecido en este casi finiquitado 2021, pues globalmente, y cada uno sabrá si individualmente también, la respuesta que se puede esperar desde la FE es bastante deficiente, pues toda la atención ha estado puesta en los contagios, en las vacunas, en los antígenos, en los PCR…, y el Señor Jesucristo, que es el verdadero libertador del hombre, ni está en los corazones de las personas, ni, al parecer, se le espera, pues poco se ha manifestado el buscar en Él su ayuda y salvación.
Vamos por la sexta ola, y ¿cuántas faltan? Vamos por la tercera vacuna inoculada, y ¿cuántas faltan? Y no sigo haciendo preguntas porque ya cada cual es suficientemente adulto para reflexionar, si quiere, desde la Verdad que es Cristo el Señor.
En todo caso, sería triste abandonar este año encarando el nuevo sin ningún propósito de volvernos a Dios con sincero corazón, para acogernos a su Misericordia que será la única que nos puede salvar y acabar esta racha de pandemia, que no pocas veces es un largo ‘sinsentido’, porque cuanto más se piensa menos se entiende.
Mi deseo ferviente es que todos escuchemos la voz del Señor que encontramos en el Libro de Isaías, 55,6-8: “Buscad al Señor mientras se deja encontrar, invocadlo mientras está cerca. Que el malvado abandone su camino, y el malhechor sus planes; que se convierta al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Porque mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos, oráculo del Señor”.
La oración por los miembros de la Comunidad aquí reunida, que cada día te pido, hoy lo hago con más intensidad, si cabe, para alcanzar del Señor Jesucristo, por intercesión de su Santísima Madre, las gracias que cada uno necesite, para poder encontrar la LUZ que le permita afrontar el nuevo año, en la mejor disposición para encontrar la Paz y la Felicidad. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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