Reflexión 29 de Diciembre

Buenos días.
Antes de concluir este año que Dios Nuestro Señor nos ha permitido vivir, concluyamos la consideración del Quinto Mandamiento de la Ley de Dios.
Únicamente nos queda por repasar, de los pecados contra la vida espiritual en relación a este Quinto Mandamiento, la Maldición y el Insulto.
La maldición es una palabra o expresión injuriosa hacia el prójimo, en la que se manifiesta el deseo de que le sobrevenga algún mal.
La maldición se dirige a veces contra sí mismo, y entonces es mayor todavía su grave­dad.
Jesucristo prohibió personalmente la maldición, incluso como respuesta a otra maldición que se pueda recibir: “Bendecid a los que os maldigan, orad por los que os calumnian” (Lc 6,28).
En cuanto al insulto es la ampliación del Quinto Mandamiento que hace expresamente Jesucristo en el Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pero yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será igualmente reo ante el tribunal; y el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo del infierno. Si al presentar tu ofrenda ante el altar te acuerdas entonces de que un herma­no tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda” Mt 5,21-24.
“Vosotros sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.., no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados... porque con la medida con que midáis se os medirá” (Lc 6,36-38).
Concluida la reflexión sobre el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios, vayamos haciendo la revisión del año 2021 que va concluyendo, para que podamos abordar el nuevo año 2022 con el corazón lo más limpio posible, que será también lo más posible del agrado de Dios, sin dejar de considerar acercarnos al Sacramento de la Confesión en el que somos restaurados en la gracia bautismal. Ánimo y sin resistencia alguna vayamos al encuentro íntimo del Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ahora, sigue rezando a la Sagrada Familia en favor de todas las necesidades de las familias de todos los que nos encontramos aquí en torno a Ellos: Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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