Reflexión 17 de Noviembre

Buenos días.
Estamos a tres semanas justas de clausurar el Año Santo de San José y bueno será que aprovechemos este tiempo para varias cosas.
Lo primero, dar gracias a Dios por el gran don que ha supuesto para la Iglesia Católica y todos sus fieles, este Año de Gracia.
Después, dar gracias también por la oportunidad que hemos tenido a lo largo del año, de conocer más y mejor a este gran Patriarca que es San José.
Y también, por la gran confianza que ha despertado en muchos corazones el gran tesoro que supone, para la espiritualidad personal de cada uno, su testimonio y su patrocinio.
En estas tres semanas hemos de invocarle de continuo para que nos ayude, como dice la oración del Papa León XIII, a ‘santamente vivir y piadosamente morir’, pero sobre todo que su valiosa intercesión ante Dios, nos alcance la Gracia y la fortaleza para poder vivir estos tiempos de incertidumbres como él hizo en aquellos duros momentos de la Encarnación, Nacimiento e Infancia de Jesús.
Nuestro mundo, nuestra España, las gentes de nuestros pueblos, necesitamos mucha conversión de vida, volver a Dios; hay tantos que viven de espaldas al Dios Altísimo, a sus leyes de amor y de misericordia, que hace que las fuerzas diabólicas tengan gran poder sobre los corazones, seduciéndolos a vivir en el error y a cometer todos los desórdenes que producen las pasiones aceptadas del corazón y de la carne.
Mucho hemos de rezar para que la Misericordia de Dios alcance a todos los hombres, y también, trabajar cuanto esté a nuestro alcance, para ayudar a cuantos se pueda a que se decidan a volver a la casa del Padre, como el hijo pródigo de la parábola.
Y ahora te pido tu oración de hoy, de ahora, al Santo Señor, San José, para que interceda por la solución de todos los problemas y necesidades de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en su Santísima Esposa, María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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