Reflexión 6 de Octubre

Buenos días.
Ya han pasado más de 24 horas (el lunes por la tarde) de la caída de Facebook, WhatsApp e Instagram.
Durante unas horas, muy largas para muchas personas, duró este, digamos, accidente informático, que puso a prueba lo que estamos dependiendo de las redes sociales, internet, etc.
Esta eventualidad vivida, bien merece pararse a reflexionar y tomar conciencia cómo se está viviendo y las consecuencias o riesgos que ello tiene.
Poco a poco la sociedad ha ido evolucionando de forma que en las últimas décadas hemos entrado en todo ese mundo llamado “redes sociales”, hasta tal punto de haber hecho depender de ellas gran parte de la vida, que unido a internet, ya está todo dependiendo prácticamente del conglomerado informático.
Tomando plena conciencia de esta realidad, hemos de darnos cuenta que la vida que estamos conociendo y viviendo, maravillosa en muchos aspectos, particularmente en la comunicación, está dependiendo de una serie de elementos cuya seguridad llega hasta donde llega.
Y se debe tener claro que la finitud del hombre sigue siendo, como lo fue siempre, muy frágil; que el poder que el hombre quiere demostrar no es tal, porque aunque se empeñe ser como Dios, eso no es posible.
La soberbia y la prepotencia siempre perdió a las personas, y en estos momentos de la historia se percibe con facilidad en los gobiernos que legislan, no a espaldas de Dios, sino contra Dios, y a las personas, impulsadas por los comportamientos de los que dirigen, avanzan a nivel personal y colectivo con los mismos presupuestos.
¿Dónde ha ido a parar la FE de este pueblo de España contando solamente desde lo que llevamos de siglo?
Creo que es muy importante, quizás, muy necesario, pensar en lo que pasó el lunes 4 por la tarde-noche y sacar conclusiones, pues como las cosas, de una u otra forma, siguen adelante, se prefiere ‘meter la cabeza debajo del ala’ y seguir adelante por el camino que llevamos. Y si llega una circunstancia como la que estamos comentando a una escala mayor, ¿qué haremos?
No pierdas la oportunidad de tomar conciencia de la realidad, haz lo que puedas, pero, sobre todo, vuelve el corazón a Dios clamando su Perdón y su Misericordia, y no dejes de ayudar a los demás para que anden este camino de conversión.
Ahora reza, hoy miércoles, a San José, para que ayude a que sean superadas favorablemente todas las necesidades de los Hermanos, que nos volvemos a encontrar aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es