Reflexión 23 de Octubre

Buenos días.
En este día sábado, dedicado a nuestra Madre y Guía, la Santísima Virgen, con el deseo de que nos abramos a las gracias que procura siempre su valiosa intercesión, os ofrezco uno de los Himnos que se rezan en la Liturgia de las Horas.
“Gracias, Señor, por la aurora; gracias, por el nuevo día; gracias, por la Eucaristía; gracias, por nuestra Señora:
Y gracias, por cada hora de nuestro andar peregrino.
Gracias, por el don divino de tu paz y de tu amor, la alegría y el dolor, al compartir tu camino.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén”.
Con la fuerza que le ha dado a nuestro pueblo de España el calor de la Virgen María, en sus distintas advocaciones con las que está presente en todos sus pueblos, ¿cómo es posible que se haya enfriado el sentimiento religioso, la expresión del Amor a la Virgen, hasta el punto de no verle reaccionar ante situaciones difíciles y hasta imprevisibles como es, por ejemplo, la tragedia que viven en la isla de La Palma?
No sólo es necesario, sino urgentemente necesario, que hagamos cuanto esté en nuestras posibilidades para que se alcance la Gracia de Dios, en favor de las personas que aún viven de espaldas a Él o se han alejado tanto de Él, que sus comportamientos son como los de los que no creen.
Dedica todo el tiempo que puedas durante este fin de semana para la oración, pues así podrás darte cuenta mejor de la necesidad que tiene nuestra sociedad de hacer camino de conversión como lo hiciera el pueblo de Nínive (cfr. Jon 3,1-10).
Y reza ya a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que alcance todas las gracias que necesitan las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es