Reflexión 18 de Octubre

Buenos días en la Fiesta de San Lucas evangelista.
San Lucas no fue discípulo de Jesucristo, pero sí de San Pablo; le siguió y acompañó en gran parte de su vida hasta el martirio, pues así lo relata el propio San Pablo.
Sabemos que es el autor de los Hechos de los Apóstoles y del tercer evangelio, en el que en los primeros versículos escribe: “… como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, ilustre Teófilo, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido” (Lc 1,2-4).
Hecha esta referencia a la fiesta litúrgica del día, quisiera llamar la atención de algo que parece que ‘nos está pisando los talones’. Me refiero a las noticias, cada vez más insistentes y más coincidentes, de que se nos echa encima otra gran crisis con escasez de…, diríamos, casi todo, cuando aún no hemos superado la importante crisis que ha supuesto la pandemia del Coronavirus.
Y me he preguntado muchas veces: de la escasez de Fe y de las obras que se derivan de ella, ¿qué decimos?
Y ¿cómo vamos a ser capaces de afrontar esta o estas crisis que parece ya están ahí, sin tener a Dios, ni contar con Él?
En los meses anteriores hemos llamado a la conversión personal de las mejores maneras posibles, hoy lo hago con todo mi Amor y con toda mi firmeza, porque si no se produce esta conversión, o sea la vuelta a Dios de esta sociedad nuestra, empezando por cada uno de nosotros, no hace falta ser profeta para asegurar que lo nos espera pueda ser nada bueno que se pueda superar con la fortaleza de la Fe, que siempre será de la mano de Dios y no de la del demonio, pues no se deben ni pueden olvidar las palabras del Señor Jesucristo: “El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama” (Mt 12,30).
Es hora, Hermanos, de mirar al frente y no cerrar los ojos; ser conscientes de la realidad y no querer disimularla con falsas esperanzas, ni discursos vacuos, cuando no mentirosos.
Eso sí, también es momento ahora de que reces, con fe y esperanza, por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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