Reflexión 26 de Octubre

Buenos días.
Lo más normal y también lo más lógico es que la persona sepa hacia dónde va, hacia dónde camina; no me refiero a lo que es el hacer de cada día, cuyos movimientos puntuales es lógico también que sí sepa el destino puntual de cada uno de ellos.
En lo que es y representa la trayectoria de la vida personal, incluso familiar cuando aún está dependiendo de uno, sí que se debe saber bien a dónde se quiere ir, o mejor a donde se debe ir.
En no pocas personas se observa que no parece que tengan claro hacia dónde van, porque comienzan sin saber hacia dónde deben ir, lo cual es ya muy lamentable, pues una cosa es que se deba hacer tal o cual cosa, se deba ir hacia tal o cual horizonte, y otra muy distinta es no saber dónde ir, porque cuando es así, sin dudarlo, al final se acabará en otra parte, que es lo mismo que decir que se terminará donde la vida se desgraciará, sea como sea.
No se debe olvidar que el hombre ha sido creado en la libertad de los hijos de Dios, y en aras de esta libertad la persona tiene la absoluta posibilidad de decisión para hacer e ir dónde mejor le parezca, aunque se equivoque, pero lo que nunca debe permitirse es esa actitud que representa cuando una persona se encoge de hombros, con la que expresan el “no sé”.
Son pequeños detalles o matices que parecen no tener importancia, pero que pueden llegar a ser muy graves para la propia vida de la persona, pues no hay cosa peor que la despersonalización, porque implica que la persona ha dejado su libertad para convertirse en ‘marioneta’ de quien sea o de lo que sea.
Piensa: ¿Realmente tú sabes hacia dónde vas, para que no acabes en otra parte, que siempre será en la que esté tu definitiva desgracia e infelicidad?
Reza, por favor, con fe y esperanza a María, nuestra Madre y nuestra Guía, pidiéndole que alcances las gracias necesarias en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que en Ella aquí nos encontramos cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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