Buenos días en la Fiesta de los Santos Ángeles Custodios.
Este es un día en el que todos estamos en Fiesta, pues es la fiesta de todos aquellos ángeles que nos acompañan a cada uno, con una presencia íntima, desde que nos concibieron y a lo largo de toda esta jornada terrenal que nos toque vivir.
Lástima es que el trato personal con ellos, cada persona con el suyo, sea poco intenso, quizás por el desconocimiento que aún hay de lo que es y representa en cada persona su Ángel de la Guarda.
Como con todas las cosas, lo primero que ha de hacerse es tener el conocimiento básico de su existencia y de su misión. Luego se ha de aceptar su presencia amorosa y lo que ella conlleva, para, finalmente, mantener cotidianamente la relación que con el Ángel Custodio se debe, por lo provechosa que es. En esta relación se ha de contar con la gran ilusión que el propio Ángel tiene de que se le deje actuar.
El Ángel Custodio pertenece al gran y numerosísimo ejército celestial que sirve a Dios para la perpetuación de su Gloria. Así como para hacer presente entre nosotros el infinito Amor que Dios nos tiene, sólo hay que ver los textos bíblicos relacionados con los Ángeles.
Valga como muestra la cita del Libro del Éxodo 23,20-23: “Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Hazle caso y obedécele. No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones. Si le obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios serán mis adversarios. Entonces mi ángel irá por delante de ti”.
Deseo de corazón que vivas con tu Ángel Custodio un día muy bueno, lleno de la Luz y de la Paz de Dios, felicítalo y déjale que te ayude.
Hoy unimos todos nuestra oración comunitaria de cada día para que nuestros ángeles, todos juntos, nos alcancen de Dios nuestro Padre todas las gracias que son necesarias para superar dificultades, carencias y necesidades; así lo haremos gozosos en torno a la Virgen Santa María, a la que todos los Ángeles la veneran y sirven como su Reina y Señora. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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