Reflexión 6 de Septiembre

Buenos días.
Es curiosa la actitud generalizada en las personas, en unas más consciente que en otras; me estoy refiriendo a la denominada “ley del embudo”, que le deja al interesado lo ancho, espacioso y cómodo, y para el otro lo estrecho, lo ajustado, lo que casi le priva hasta del aire que ha de respirar.
Actitudes de este tipo son más frecuentes de lo que la persona individual quiere imaginarse; quiere, porque si se exige ser objetivo se dará cuenta que efectivamente, y según su situación personal, vive actitudes egoístas múltiples tal como expresa la “ley del embudo”.
Aquí encuentra eco aquel pensamiento del clérigo e intelectual francés del siglo XVII, Jacques-Bénigne Lignel Bossuet: “Gran defecto es querer arreglarlo todo sin arreglarse a sí mismo”.
¿Cómo es que resulta tan fácil ignorar los propios defectos y en cambio ver, señalar y divulgar los del prójimo resultan tan evidentes?
Con razón el Señor Jesucristo advirtió: “¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?” (Mt 7,3; Lc 6,41).
Buena reflexión para este primer día de la semana en el ritmo ordinario ya de la vida cotidiana; convendrá sacudir la pereza para interiorizar un poco la realidad que nos circunda y en la que estamos inmersos.
No dejes de orar al buen Padre Dios en favor de todas las necesidades e intenciones de los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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