Reflexión 24 de Septiembre

Buenos días.
Desde este último sábado del mes de septiembre ya estamos, como se dice, a un tiro de piedra del mes de octubre, dedicado a la Santísima Virgen bajo su advocación del Rosario.
En los momentos de la historia que estamos atravesando, pocas cosas hay que se puedan hacer con la garantía de mayor eficacia como es el rezo del Santo Rosario.
Es muy conveniente que consideremos esta práctica de piedad que es el rezo del Rosario, porque viene avalada más allá de los deseos de la Santísima Virgen mostrados con insistencia y que ya serían suficientes, por los hechos históricos entre los que sobresalen la victoria impensable de la Batalla de Lepanto, que le fue atribuida a la intercesión de María Santísima por el rezo del Santo Rosario, que el Papa San Pío V pidió a la cristiandad que lo rezara para esta importantísima empresa.
El mundo actual se encuentra en unas situaciones harto complejas que llevan a sus gentes por caminos confusos, desorientados y desordenados en tantos aspectos de la vida humana.
Hoy solamente tengo la intención de advertir de este inmediato mes  de octubre como mes del Rosario, así como llevar a vuestra reflexión las necesidades múltiples que hay en este tiempo, para clamar al Cielo que mire con misericordia a este mundo desnortado.
¿Y quién mejor que la Santísima Virgen María para conseguir las gracias y bendiciones de Dios?
¿Y qué mejor medio que el rezo del Santo Rosario cada día con esta intención?
Aquí lo dejo en este día sábado dedicado a María, nuestra Madre y nuestra Guía, a la que te pido le reces con Fe y Esperanza en favor de todas las necesidades y buenas intenciones de los Hermanos, que aquí no encontramos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es