Reflexión 3 de Septiembre

Buenos días.
Seguimos desgranando todos aquellos pecados que afectan al Primer Mandamiento de la Ley de Dios, que sabéis prescribe “Amar a Dios sobre todas las cosas”.
En los que van contra la Caridad nos queda por considerar aquellos que sería 'el incumplimiento de los demás mandamientos'.
El Señor Jesucristo nos dice: “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él” (Jn 14,21).
Como veis, está perfectamente definido por el propio Jesucristo, de manera que pareciendo una obviedad resulta tener una gran transcendencia, pues el Señor dice que ‘guardar sus mandamientos’ expresa el amor a Él, lo que conllevará ser amado por su Padre y también por Él, con la promesa de manifestarse en quien así se comporte.
Por ello se puede concluir que cuando se falta a cualquiera de los nueve mandamientos restantes, cuando se peca contra cualquiera de ellos, en mayor o menos gravedad, se está faltando también a este Primer Mandamiento.
Se puede concluir, pues, que rara será la confesión en la que no se haya que acusar de faltar al Primer Mandamiento, directa o indirectamente.
Ya sabemos lo importante que es vivir en la Gracia de Dios y lo que se ha de trabajar para mantenerse en la vida de la Gracia, particularmente en los tiempos presentes en los que se nos sugiere, por tantos caminos, la seducción del pecado bajo los mil halagos que se le brindan a los sentidos, aderezado todo ello por el relativismo que alienta la maldita pregunta que lanzamos en cuanto aparece el ‘disco rojo’: ¿…Y por qué no?
Ahí os dejo Hermanos en este día de oración y penitencia, cual es el día viernes de la semana, para que con gran pobreza y puestos en la presencia de Dios podáis ver vuestra íntima verdad. "No tengas miedo", te diría San Juan Pablo II.
Pero sí reza ya al buen Padre Dios para que venga con su Gracia a resolver todos los problemas, inquietudes y necesidades de los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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