Reflexión 13 de Septiembre

Buenos días.
Comenzamos una nueva semana, una de esas etapas que conforman el mes, que aunque parece corta por el paso rápido del tiempo, no lo es tanto para trabajar y poder avanzar hacia esas metas humanas que nos hemos ido marcando en la vida, sin olvidar como cristianos la gran meta que es alcanzar la Gloria de Dios en el Cielo.
Eugene Ware decía que: “Todos los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar”, y sí parece que tiene razón porque la lógica nos dice que algo que no se empieza nunca se alcanzará su logro o su culminación.
De aquí, que cada vez que estamos ante el comienzo de algo, de una etapa como es hoy la semanal, hemos de tomar conciencia de que no estamos ante un hecho más de los que se repiten ordinariamente, y que mejor será echar mano de la rutina y tirar hacia adelante.
Esta actitud desmerece a la persona, porque ella misma se imposibilita para estar atenta a la nueva oportunidad que la propia vida, el destino o simplemente la providencia divina, le ponga delante para afrontar un ‘triunfo’, sea del tipo o del orden que sea.
Ya sabemos que se ha de vivir vigilantes y atentos a las cosas y situaciones, porque si el día que amanece es nuevo porque no hubo otro igual, sus contenidos en medio de las “rutinas” también serán nuevas.
Y si no, piensa en las cosas que han ido ocurriendo a lo largo de la vida y verás que más de una y de dos, respondieron al valor sorpresa y circunstancia inesperada, o a eso que se llama ‘casualidad’, en la cual, lo siento, pero yo no creo.
Te deseo que hoy vivas en el triunfo del nuevo día, de la nueva semana, que te hará más y mejor hijo de Dios en medio del trabajo que debas llevar adelante.
Reza, no dejes de hacer esa pequeña oración que te pido todos los días, en favor de las intenciones y necesidades, materiales y espirituales, de todos los Hermanos, entre los que estás tú, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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